Los cientinautas
La ciencia en la calle: un grito por el futuro
El reciente acto en el Polo Científico y Tecnológico de Buenos Aires evidenció una realidad alarmante: la ciencia en Argentina enfrenta un contexto de desfinanciamiento y desinterés que amenaza con silenciar las voces de quienes dedican su vida a la investigación y la innovación. La consigna “Nadie se salva solo” resonó con fuerza, reflejando la urgencia de unir esfuerzos en un momento crucial para el futuro del país. En un escenario marcado por el frío polar, la multitud, compuesta en su mayoría por jóvenes, se convirtió en testigo de una movilización que no solo busca visibilizar problemáticas, sino también plantear soluciones colectivas.
Un panorama desalentador
La situación de la ciencia en el país es crítica. Durante los últimos años, el presupuesto destinado a investigación y desarrollo ha ido disminuyendo de manera alarmante. Según reportes recientes, el financiamiento se ha reducido en un 30% respecto al año anterior. Este recorte afecta no solo a los investigadores, sino también a proyectos que podrían aportar soluciones a problemas locales y globales.
- Desempleo científico: Muchos investigadores se ven forzados a abandonar el país en busca de mejores oportunidades, lo que representa una fuga de cerebros sin precedentes.
- Desinterés gubernamental: La falta de políticas claras y de apoyo a la ciencia se traduce en una precarización de las condiciones laborales y de investigación.
La respuesta de la comunidad científica
La movilización del miércoles no fue un hecho aislado. En diversas ciudades del país, como Córdoba y Rosario, se llevaron a cabo protestas similares que cuestionan el modelo anti-ciencia que predomina en ciertos sectores del espectro político. La comunidad científica se unió en un esfuerzo por evidenciar la importancia de la investigación en la vida cotidiana.
“Desde el estudio de la pandemia hasta la producción de alimentos, no hay agenda de futuro sin ciencia.” – Voces de la protesta.
Los asistentes a la marcha se vistieron como científicos, utilizando materiales reciclados para confeccionar sus trajes, simbolizando la creatividad y la resiliencia de una comunidad que se niega a ser silenciada.
La cultura como motor de cambio
La referencia a El Eternauta en la consigna de la marcha no es fortuita. La famosa historieta de Héctor Oesterheld ha resurgido en la cultura popular, revitalizada por su reciente adaptación en Netflix. Este fenómeno cultural ha puesto de relieve la necesidad de un enfoque colectivo frente a las adversidades, al igual que los personajes de la historieta unen fuerzas para sobrevivir a una amenaza inminente.
- Literatura y ciencia: La conexión entre ambas disciplinas puede ser un camino para inspirar a las nuevas generaciones a involucrarse y hacer frente a la desinformación.
- La serie y sus impactos: Con millones de reproducciones, la serie ha despertado el interés por el legado de Oesterheld, fortaleciendo la discusión sobre ciencia y resistencia.
Una lucha por el futuro
La marcha del miércoles representa más que un simple acto de protesta; simboliza un llamado a la acción por parte de una generación que se niega a aceptar un futuro desprovisto de ciencia y conocimiento. A medida que las desigualdades sociales y ambientales se exacerban, la importancia de la investigación científica se vuelve crucial para abordar estos desafíos.
“El programa anti-ciencia solo puede enfrentarse con respuestas colectivas.” – Manifiesto de la marcha.