La cadena maicera reclamó “políticas correctas” para favorecer la inversión y el desarrollo en Argentina

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El futuro del maíz argentino: un llamado a la acción para el desarrollo sostenible

La situación del sector maicero en Argentina es un tema de vital importancia para el futuro de la agricultura y la economía del país. La necesidad de implementar políticas adecuadas se vuelve imperante para poder sostener y mejorar la producción, logística, procesamiento y exportación de maíz. Si el país no toma medidas concretas, se verá cada vez más rezagado frente a sus competidores, especialmente en un contexto donde Brasil avanza con pasos firmes en el ámbito agrícola.

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Desafíos actuales del sector maicero

En una reciente entrevista con el programa Nuestra Tierra, de Radio Perfil, Federico Zerboni, presidente de la Asociación de Maíz y Sorgo Argentino (Maizar), destacó los retos que enfrenta la producción maicera en el país. El dirigente subrayó que la competitividad de la producción argentina se está erosionando por múltiples factores. Entre ellos, las deficiencias en la infraestructura vial y las restricciones fiscales como las retenciones que afectan la rentabilidad de los productores.

“La producción argentina va perdiendo mucha competitividad, porque no tenemos rutas, por las malditas retenciones y por la falta de una buena política agropecuaria”, afirmó Zerboni. Este panorama invita a una reflexión: ¿de qué manera se puede revertir esta situación para no quedar fuera del mercado internacional?

Comparativa regional: la competencia no espera

El contexto internacional muestra que otros países de la región están avanzando rápidamente. “Países vecinos año a año van aumentando los stocks, crecen en producción, y el productor argentino pasa a ser menos competitivo”, comentó Zerboni. En este sentido, la falta de acción puede llevar a la Argentina a un punto crítico donde su producción de maíz, vital para la economía, se vea comprometida.

  • Brasil: ha incrementado significativamente sus exportaciones de maíz y ha mejorado su infraestructura agrícola.
  • Paraguay: está viendo un crecimiento sostenido en la producción gracias a políticas favorables que incentivan la inversión.

La competencia en el mercado mundial es feroz, y cuando aumentan los stocks globales de maíz, “la producción más ineficiente queda fuera de la cancha”, según Zerboni. Por lo tanto, es crucial que Argentina no solo mantenga su lugar, sino que busque espacios de mejora y diferenciación.

El maíz como motor de desarrollo

El líder de Maizar consideró que el maíz es “la llave para encarar un plan de desarrollo” para la agricultura argentina. Este cereal no solo es fundamental en la alimentación humana y animal, sino que su procesamiento también puede generar un mayor valor agregado y empleo. La capacidad del maíz para ser transformado en diversos productos lo convierte en un pilar esencial para cualquier estrategia económica.

“El maíz es el grano que más poder aglutinador tiene para el desarrollo del campo argentino”, afirmó Zerboni, mostrando la importancia de este cultivo no solo desde el punto de vista agronómico, sino también económico y social. Se debe promover una visión integral que permita a los productores obtener mejores rendimientos y a la vez contribuir al desarrollo sostenible de las comunidades rurales.

Un llamado a la acción política

El llamado de la cadena maicera es claro: se requieren “políticas correctas” que fomenten la inversión, el desarrollo y la competitividad. La falta de una estrategia agropecuaria coherente puede llevar a un estancamiento irreversible. Es necesario que el gobierno y los actores del sector privado trabajen juntos para diseñar un marco que facilite la innovación y la modernización de la producción.

La articulación entre el estado y los productores es fundamental para generar un entorno propicio que fomente la inversión. Se debe priorizar la infraestructura, la investigación y las tecnologías que mejorarían la eficiencia y la sostenibilidad de la producción. Sin duda, el futuro del maíz argentino está en juego, y el tiempo para actuar es ahora.

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