El legado de Manuel Belgrano: Fundador de escuelas y promotor de la educación pública (16 de junio)
El legado de Manuel Belgrano: Fundador de escuelas y promotor de la educación pública (16 de junio)

La vida de un visionario: Manuel Belgrano y su pasión por la educación
El 16 de junio de 1820 marca el fallecimiento de Manuel Belgrano, una figura emblemática de la historia argentina. Sin embargo, su legado trasciende su rol como líder en la lucha por la independencia y creador de la bandera nacional. Belgrano fue un ferviente defensor de la educación pública, una visión que lo acompañó a lo largo de su vida y que dejó una huella indeleble en la sociedad argentina. A lo largo de su trayectoria, Belgrano entendió que la instrucción era un pilar fundamental para el desarrollo de una nación libre y soberana.
En un contexto donde la mayoría de la población era analfabeta, Belgrano abogó por la educación como un derecho inalienable. A partir de 1810, impulsó la creación de escuelas en diversas provincias, considerando que la educación era la única manera de formar ciudadanos críticos y comprometidos con el futuro del país. Belgrano, con su visión progresista, impulsó la creación de escuelas para que los niños de todas las clases sociales tuvieran acceso a la educación, rompiendo así con las estructuras elitistas de su época.

Escuelas y educación: Un legado tangible
La preocupación de Belgrano por la educación no se limitó a sus discursos, sino que se tradujo en acciones concretas. En 1810, fue nombrado como el primer director del Consulado de Comercio y, desde allí, promovió la creación de instituciones educativas. A través de sus gestiones, se establecieron escuelas en Buenos Aires, Córdoba y otras provincias, donde la enseñanza era gratuita y obligatoria. Esta iniciativa marcó un precedente en la historia de la educación argentina, estableciendo un modelo que influiría en futuras generaciones.
Belgrano también comprendió la importancia de la educación técnica. En su afán por modernizar la economía y fomentar el desarrollo de la industria local, promovió la creación de escuelas de artes y oficios. Este enfoque no solo buscaba educar, sino también proporcionar herramientas para el trabajo y la autosuficiencia, ayudando así a formar una clase trabajadora instruida y capaz de contribuir al progreso del país.

El impacto de su visión en el sistema educativo argentino
La muerte de Belgrano no significó el final de su lucha por la educación, sino que su legado inspiró a generaciones posteriores a continuar su obra. El 18 de diciembre de 1821, un año después de su fallecimiento, se creó la Primera Ley de Educación en Argentina, que se basaba en muchas de las ideas que Belgrano había defendido durante su vida. Esta ley estableció las bases para un sistema educativo nacional, asegurando el acceso a la educación para todos los ciudadanos.
En el transcurso del siglo XIX, su legado continuó resonando en la implementación de políticas educativas que buscaban expandir la alfabetización y la educación pública. Su enfoque en la educación como un derecho fundamental ayudó a sentar las bases de un sistema educativo que, a pesar de sus desafíos, ha evolucionado y crecido a lo largo de los años. Hoy, Argentina cuenta con una de las tasas de alfabetización más altas de América Latina, un logro que tiene sus raíces en las luchas y esfuerzos de visionarios como Belgrano.
El 16 de junio no solo recuerda la pérdida de Manuel Belgrano, sino que también es una fecha para reflexionar sobre su incansable legado en la educación. Su trabajo y su visión siguen siendo relevantes en la actualidad, recordándonos la importancia de seguir luchando por una educación inclusiva y accesible para todos.