"La gente recién va al psiquiatra tras un intento de suicidio, no ante el primer síntoma depresivo", advierte un especialista

Por Ana Martínez · 18 Jun 2025 – 06:04 AM -03 Ver perfil

La urgencia de la salud mental: un llamado a la prevención temprana

En un contexto donde la salud mental se ha convertido en un tema de creciente preocupación, el psiquiatra Pablo Castañón destaca una alarmante tendencia: muchas personas sólo buscan ayuda profesional tras alcanzar un estado crítico, como un intento de suicidio, en lugar de atender los primeros síntomas de depresión. Esta situación no solo afecta a los individuos en crisis, sino que también repercute en la sociedad en su conjunto, generando un ciclo de sufrimiento que podría evitarse con una intervención temprana.

El estigma en torno a la salud mental

La percepción general sobre la psiquiatría está impregnada de estigmas que limitan el acceso a la atención adecuada. Muchos creen que quienes asisten a un psiquiatra están “locos” o que, si reciben medicación, serán “atontados”. Estas creencias erróneas, como argumenta Castañón en su libro La falacia de la química cerebral, se alimentan de un discurso que deshumaniza la práctica psiquiátrica. Esta perspectiva puede llevar a que las personas eviten buscar ayuda cuando más la necesitan, perpetuando su sufrimiento y aumentando el riesgo de situaciones extremas.

Es crucial reconocer que el estigma no solo proviene de la sociedad, sino también del sistema médico. La rapidez con que algunos profesionales atienden a sus pacientes, limitando la consulta a unos pocos minutos, refuerza la idea de que la psiquiatría es solo un trámite más que un proceso humano de sanación. Castañón enfatiza que “el verdadero acto médico es a través de la empatía”, sugiriendo que la conexión emocional debe prevalecer en cada consulta.

La falta de información y educación sobre salud mental

En nuestro país, el acceso a información confiable sobre salud mental sigue siendo limitado. Según un estudio del Ministerio de Salud de Argentina, menos del 30% de la población tiene una comprensión adecuada sobre qué implica la depresión y cómo buscar ayuda. Esta falta de conocimiento no solo perpetúa el estigma, sino que también impide que las personas reconozcan sus propios síntomas y los de sus seres queridos.

Castañón destaca que, en vez de educar sobre la importancia de buscar ayuda temprana, los medios de comunicación a menudo simplifican el tratamiento a un “cóctel” de medicamentos, lo cual desdibuja las complejas realidades de la salud mental. “Es fundamental desmitificar la idea de que solo la medicación puede solucionar los problemas emocionales”, señala, subrayando que el diálogo y la comprensión son esenciales para el bienestar general.

La necesidad de una intervención temprana

Acudir al psiquiatra ante los primeros signos de depresión puede marcar la diferencia entre una recuperación exitosa y una crisis severa. Castañón propone que, al igual que en medicina general, la prevención y el tratamiento temprano son vitales para abordar los problemas de salud mental. Mientras que el costo emocional y social de una crisis es inmenso, las estadísticas sugieren que un tratamiento adecuado y temprano puede reducir significativamente el riesgo de suicidio y otros desenlaces trágicos.

60% de las personas con depresión no reciben tratamiento adecuado.
80% de los casos de suicidio podrían prevenirse con el tratamiento apropiado.
40% de la población no conoce los signos de la depresión.

La intervención temprana no solo tiene beneficios individuales, sino que también es esencial para el tejido social. Familias más sanas, comunidades más unidas y, en última instancia, una sociedad más resiliente derivan de un enfoque proactivo hacia la salud mental.

El rol de la comunidad y las instituciones

Las instituciones, tanto educativas como de salud, tienen un papel fundamental en la promoción de la salud mental. Iniciativas de sensibilización y programas de formación pueden contribuir a crear un entorno más comprensivo y menos estigmatizante. Castañón sugiere que es imperativo que desde las escuelas se eduque a los jóvenes sobre la importancia de cuidar su salud mental, así como fomentar espacios seguros donde se pueda hablar abiertamente sobre sus emociones y preocupaciones.

Además, el sistema de salud debe ser reformulado para priorizar la atención integral. Los tratamientos deben incluir no solo medicación, sino también terapias de apoyo y espacios de escucha. Al final del día, “la salud mental es un derecho humano”, y su acceso debe ser garantizado para todos, sin importar su contexto socioeconómico.