Indagan al militante K que insultó y amenazó a Milei en un móvil de TV: "Lo vamos a matar a ese bastardo vendepatria"

Por María Gómez · 19 Jun 2025 – 09:49 AM -03 Ver perfil

Un clima de tensión política y social en la Argentina actual

Un nuevo episodio de la polarización en la política argentina ha emergido tras la amenaza de muerte realizada por el militante kirchnerista Joel Miguel Pessi hacia el presidente Javier Milei. Este incidente, que tuvo lugar durante una cobertura en vivo de un canal de televisión, no solo ha desatado un torrente de reacciones en el ámbito político, sino que también ha planteado serias interrogantes sobre la seguridad y el discurso público en un país donde los ánimos están caldeados.

El contexto de la amenaza

La amenaza de Pessi se produjo en medio de una marcha de apoyo a la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner, un evento que simboliza la profunda división que atraviesa la sociedad argentina. Durante su intervención, Pessi no solo insultó a Milei, sino que expresó su deseo de que el presidente fuera asesinado, utilizando un lenguaje cargado de odio.

Este tipo de declaraciones no solo ponen en riesgo la integridad de los líderes políticos, sino que también reflejan un estado de desesperación y frustración dentro de ciertos sectores de la población. La dinámica política actual, marcada por tensiones entre el kirchnerismo y el nuevo gobierno, ha creado un caldo de cultivo para que este tipo de incidentes se produzcan.

La intervención de las autoridades

Tras la amenaza, Pessi fue detenido por la Policía de Seguridad Aeroportuaria (PSA) en un operativo que se llevó a cabo en la autopista Riccheri. La ministra de Seguridad de la Nación, Patricia Bullrich, se pronunció sobre el asunto, subrayando la rapidez de la respuesta de las fuerzas de seguridad ante tales amenazas. “Amenazas, respuesta inmediata”, escribió en su cuenta de X, evidenciando la política del gobierno de mantener el control en situaciones de alta tensión.

En el contexto de la detención, Pessi fue trasladado a las Unidades Operacionales de Seguridad Preventiva donde quedó incomunicado, y este jueves será indagado por el juez federal de Morón, Jorge Rodríguez. Este procedimiento subraya la seriedad con la que el sistema judicial argentino está tratando este tipo de incidentes, en un esfuerzo por desescalar la violencia verbal y física en el ámbito político.

El impacto en la opinión pública

El episodio ha generado reacciones diversas en la opinión pública, desde quienes condenan la violencia y el lenguaje utilizado, hasta aquellos que ven en las palabras de Pessi un reflejo del descontento hacia las políticas de Milei. En un país donde el discurso político frecuentemente se vuelve personal y agresivo, este incidente podría influir en la percepción de seguridad y gobernabilidad.

Las redes sociales, como siempre, han sido un campo de batalla donde las opiniones se articulan con fervor. Muchos usuarios han condenado la amenaza, mientras que otros han expresado su apoyo a Pessi, lo que demuestra una vez más la polarización existente en la Argentina contemporánea.

10 días de protestas en apoyo a Cristina Kirchner desde su condena.
3 incidentes de violencia relacionados con la política en el último mes.
1 respuesta inmediata de las autoridades en cada amenaza a líderes políticos.

Un llamado a la reflexión

Este incidente sirve como un recordatorio sobre la importancia de un discurso responsable y el impacto que las palabras pueden tener en un contexto tan polarizado. La violencia, ya sea verbal o física, no debería ser una opción en un debate político. La democracia argentina se encuentra en un punto crítico, donde la capacidad de dialogar y resolver diferencias pacíficamente es más crítica que nunca.

Es fundamental que tanto los actores políticos como la ciudadanía en general reflexionen sobre el rumbo que está tomando el discurso público. La historia nos ha enseñado que el odio solo perpetúa el ciclo de violencia; es momento de encontrar un camino hacia la reconciliación y el respeto mutuo. La atención mediática y judicial sobre este caso podría, al menos, abrir un espacio para el diálogo sobre cómo avanzar hacia un futuro más pacífico y constructivo en el ámbito político argentino.