Detuvieron al último prófugo por el jubilado muerto en un robo en Parque Chacabuco: lo atraparon en Santa Fe
Por Juan Pérez · 19 Jun 2025 – 06:31 PM -03 Ver perfil
Imagen: Corbis | Archivo | © 2025 InfoNow Noticias
El cerco se cierra: Detenciones en el caso del jubilado asesinado en Parque Chacabuco
En un giro que suma más tensión a un caso que ha conmovido a la sociedad argentina, el Ministerio Público Fiscal ha anunciado la captura del tercer y último prófugo involucrado en el brutal asesinato de Mario Villanueva Moure, un jubilado español que se convirtió en víctima de un asalto en su hogar de Parque Chacabuco. La detención, ocurrida en Santa Fe, refleja un avance en la búsqueda de justicia y la necesidad de desentrañar las complicidades que rodearon este crimen.
El contexto de una tragedia
El caso de Mario Villanueva Moure, quien fue encontrado en su hogar después de ser asaltado el 19 de mayo, ha dejado al descubierto las vulnerabilidades del sistema de seguridad en la ciudad. Villanueva, de 79 años, fue víctima de un ataque violento que no solo le costó la vida, sino que generó un clima de inseguridad en la comunidad. El hecho de que el asalto se haya perpetrado con la complicidad de una persona cercana, su cuidadora, añade un matiz de traición que ha estremecido a sus vecinos.
La brutalidad del ataque, con evidencias de golpes en el rostro, brazos y piernas, destaca la desesperación y la inhumanidad que pueden regir en situaciones de robo. La autopsia reveló que el hombre sufrió arritmias provocadas por la tensión del asalto, lo que pone de relieve las consecuencias no solo físicas, sino también emocionales que un crimen de esta naturaleza puede infligir.
Imagen: Corbis | Archivo | © 2025 InfoNow Noticias
El hilo de la complicidad
Las investigaciones han revelado que la cuidadora, una joven de 20 años, fue la primera en ser detenida, señalada como la persona que había “marcado” a Villanueva y su entorno. Este tipo de traición subraya un fenómeno alarmante en el que confianza y vulnerabilidad se entrelazan, permitiendo que el delito se instale en espacios que deberían ser seguros. La cuidadora, en su papel de asistente, se convierte en un cómplice directo, desdibujando las líneas entre el deber y la traición.
Una semana después de la detención de la cuidadora, un segundo sospechoso, un hombre de 31 años y excuñado de la joven, se entregó a la policía. Este acto de entrega, aunque quizás buscaba mitigar las consecuencias de su participación, añade más preguntas que respuestas sobre el verdadero alcance de la red criminal.
La reciente captura y sus implicaciones
La detención del tercer sospechoso, un hombre de 26 años encontrado en Villa Gobernador Gálvez, es el cierre de un círculo que ha mantenido en vilo a la sociedad. Aunque su identidad aún no se ha revelado, su captura es un paso crucial en la búsqueda de respuestas y justicia para la familia de Villanueva. Este desarrollo también sugiere que las autoridades han intensificado sus esfuerzos por desarticular no solo a los autores materiales, sino también a aquellos que orquestaron el crimen desde la sombra.
La incertidumbre que rodea a este caso también refleja una realidad más amplia. La violencia en los robos no es un fenómeno aislado, sino parte de un patrón que ha crecido en varias localidades del país. Sin embargo, en este caso particular, la implicación de una persona de confianza ha generado un debate sobre los niveles de seguridad y la necesidad de vigilancias más estrictas en entornos donde la confianza es primordial.
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Un llamado a la reflexión
Este caso invita a la sociedad a reflexionar sobre la seguridad en sus propias casas y en sus comunidades. La pregunta que surge es: ¿cómo podemos protegernos mejor ante una potencial traición de aquellos que deberían cuidarnos? En un contexto donde la inseguridad parece aumentar, es fundamental fomentar un diálogo abierto sobre la confianza, la vulnerabilidad y la prevención del delito.
Mario Villanueva Moure no solo fue una víctima; su historia es un símbolo de la necesidad urgente de abordar las raíces de la inseguridad y de pensar en estrategias que prioricen tanto la prevención como la justicia. Mientras las autoridades continúan su labor, queda en manos de la sociedad exigir medidas que garanticen un entorno seguro para todos, especialmente para los más vulnerables.