¿Fue el partido despedida de Cristina o la van a llamar para que vuelva como Maradona?
Por Ana Martínez · 20 Jun 2025 – 11:56 PM -03 Ver perfil
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El efímero regreso de una figura polarizadora
En el convulso panorama político argentino, el último acto de Cristina Fernández de Kirchner en Plaza de Mayo ha puesto en el centro de la escena una pregunta crucial: ¿estamos ante un adiós definitivo o un regreso anticipado? La figura de la vicepresidenta y expresidenta sigue siendo un punto de división en la sociedad, y su posibilidad de volver a liderar depende, en gran medida, de la gestión de Javier Milei y su incipiente gobierno.
La multitud como arma política
El evento en Plaza de Mayo fue, sin duda, un espectáculo de masas. Con miles de seguidores, Cristina demostró que, a pesar de estar condenada por corrupción y enfrentar una situación política complicada, todavía puede movilizar a la gente. Su discurso no solo fue un llamado a la unidad del peronismo, sino una crítica directa a la gestión de Milei. Al respecto, es importante señalar que:
- Se estima que más de 100,000 personas asistieron al acto.
- Los organizadores, sin embargo, hablaron de 200,000 participantes.
- El evento se llevó a cabo en un contexto preelectoral, donde la movilización es clave.
En su alocución, Cristina no se limitó a recordar los logros del pasado, sino que anticipó un colapso inminente bajo la administración de Milei, sugiriendo que el regreso del peronismo sería inevitable. Aquí, el simbolismo de su presencia se convierte en una herramienta fundamental para mantener viva la llama de la resistencia política.
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El juego de las percepciones
Sin embargo, el contexto no es el mismo que en épocas pasadas. Comparar a Cristina con Juan Domingo Perón es arriesgado; el país ha cambiado drásticamente. En 1945, Perón era un preso político que despertaba la esperanza de un cambio. Hoy, Cristina está condenada y su figura provoca tanto fervor como rechazo. Esta dualidad se refleja en las encuestas, donde su imagen polariza a la sociedad argentina, con un fuerte apoyo en ciertos sectores y un rechazo absoluto en otros.
Los recientes comentarios de Milei, sugiriendo que el regreso del peronismo depende de su propia gestión, añaden una capa de tensión a la situación. El nuevo presidente deberá navegar un mar de expectativas y descontento, donde cada movimiento podría desencadenar una nueva oleada de protestas o, por el contrario, reafirmar su mandato.
La sombra de Maradona y el peso de la historia
Al evocar a Diego Maradona y su célebre regreso tras la debacle del 5-0 contra Colombia, Cristina busca establecer un paralelismo que resuena en la memoria colectiva. La imagen de un líder que, tras el fracaso, regresa para salvar a su país, es poderosa. Sin embargo, la pregunta que persiste es: ¿puede Cristina, con su legado y problemas judiciales, ser ese salvador?
La historia está llena de giros inesperados, y en este caso, el futuro de Cristina podría depender de factores externos, como la economía y la percepción pública de Milei. La presión sobre el nuevo gobierno no solo proviene de la oposición política, sino también de un electorado ansioso que recuerda los años de bonanza y crisis bajo diferentes administraciones.
Las apuestas sobre el futuro
Las perspectivas para el peronismo son inciertas y complejas. Si Milei logra estabilizar la economía y generar un clima de confianza, podría disminuir el fervor que rodea a Cristina. En cambio, si su gestión provoca descontento, la expresidenta podría volver a ocupar un rol protagónico en el escenario político argentino, como un salvavidas en medio de la tempestad.
Es importante seguir de cerca los movimientos de ambos actores, ya que la política argentina es un tablero en constante cambio. Las cartas que se jueguen en el próximo año determinarán no solo el futuro de Cristina, sino también el rumbo del país. En este juego de ajedrez político, los peones y reyes pueden cambiar de lugar en un abrir y cerrar de ojos, y el regreso de figuras emblemáticas es una posibilidad que siempre se mantiene latente.
