La guerra con Israel: por qué algunos grupos proiraníes se han mantenido al margen del conflicto
Por Juan Pérez · 22 Jun 2025 – 07:55 PM -03 Ver perfil
Crédito: Lehtikuva – Imagen exclusiva | © 2025 InfoNow Noticias
La reticencia de los aliados de Irán en medio de la tormenta bélica en Oriente Medio
El reciente conflicto bélico entre Israel e Irán ha reavivado tensiones históricas en Oriente Medio, donde los ecos de la guerra parecen más que nunca inminentes. A pesar de la expectativa general de una participación activa de aliados proiraníes como Hezbollah y milicias iraquíes, la realidad ha sido sorprendentemente diferente. Este fenómeno no solo aísla al régimen iraní en un momento de crisis, sino que también afecta a miles de civiles que se ven atrapados en un conflicto en expansión.
La estrategia de Hezbollah y su papel como aliado
En la propaganda, Hezbollah ha sido durante mucho tiempo presentado como la primera línea de defensa de Irán contra Israel. Sin embargo, tras el bombardeo masivo israelí que dio inicio a la actual guerra, el grupo libanés ha optado por una posición de observador. Este cambio es particularmente notable, dado que el conflicto representa un momento crítico para la estabilidad regional.
Las razones detrás de esta decisión son complejas. En primer lugar, la necesidad de preservar recursos y fuerzas después de años de lucha en diferentes frentes ha llevado a Hezbollah a replantear su estrategia. La organización ha sufrido pérdidas significativas en las últimas décadas, lo que ha sembrado dudas sobre su capacidad para comprometerse en una nueva guerra abierta con Israel.
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Adicionalmente, el clima político interno en Líbano, marcado por una crisis económica sin precedentes y un descontento social creciente, limita la capacidad de Hezbollah para actuar sin considerar las repercusiones en su base de apoyo. La balanza entre la lealtad a Irán y la responsabilidad hacia el pueblo libanés se torna más delicada.
Las milicias iraquíes: un silencio calculado
Similar a Hezbollah, las milicias respaldadas por Irán en Irak han mantenido un perfil bajo durante el conflicto. A pesar de que se esperaban acciones en represalia por los ataques de Estados Unidos a instalaciones nucleares iraníes, el silencio ha sido ensordecedor. Este fenómeno es revelador de una dinámica interna que va más allá del apoyo a Teherán.
Las milicias, incluidas facciones como Hashd al-Shaabi, enfrentan su propia serie de desafíos. Las luchas políticas en Irak, junto con la disminución de la influencia de Irán en la región, han creado un panorama en el que actuar de forma intempestiva podría resultar en un retroceso. La experiencia reciente de los conflictos y la resistencia popular han llevado a estas fuerzas a adoptar una postura más estratégica.
Un escenario cambiante: el impacto de la intervención estadounidense
La intervención de Estados Unidos con ataques a varias instalaciones nucleares iraníes ha cambiado las reglas del juego. Este acto ha aumentado la presión sobre Irán y sus aliados, generando un ambiente de incertidumbre sobre los próximos pasos a seguir. Los aliados de Irán muestran una inquietud palpable, ya que cualquier escalada podría resultar en un enfrentamiento directo con el ejército estadounidense, que ya se encuentra comprometido en la región.
Las implicaciones de estos ataques son complejas. No solo se han incrementado las tensiones entre Irán y Estados Unidos, sino que también se ha abierto un nuevo frente de preocupación para los grupos armados que están bajo el ala de Teherán. El equilibrio de poder en la región se vuelve más volátil, y las decisiones deben ser tomadas con cautela.
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La búsqueda de cartas ocultas en el conflicto
A pesar de la reticencia de sus aliados a entrar en la refriega, analistas como Tamer Badawi sugieren que todavía existen “cartas salvajes” que podrían jugarse en el futuro. Aunque el silencio y la contención prevalecen, las dinámicas de poder en Oriente Medio son intrínsecamente fluidas y en constante evolución.
Si bien los costos de una participación activa podrían ser prohibitivos, la historia ha demostrado que el estallido de violencia puede desatarse sin previo aviso. La desestabilización de la región podría llevar a los actores proiraníes a reconsiderar su postura, dependiendo de cómo se desarrollen los acontecimientos en las próximas semanas.
En este contexto, la guerra no solo afecta a los actores directos, sino que también repercute en la vida cotidiana de millones de personas en el Líbano, Irak y más allá. La búsqueda de una resolución pacífica se torna más apremiante a medida que los ecos de la guerra resuenan en un mundo cada vez más interconectado.
