La Iglesia dice que el Estado se retiró de los barrios populares y advierte que ello “abre paso al avance del narcotráfico”
Por Juan Pérez · 23 Jun 2025 – 07:48 PM -03 Ver perfil
Imagen: Gamma-Rapho | Archivo | © 2025 InfoNow Noticias
El vacío del Estado: un terreno fértil para el narcotráfico en barrios vulnerables
La situación en los barrios populares de Argentina ha alcanzado un punto crítico, donde la percepción de abandono por parte del Estado genera un caldo de cultivo propicio para el avance del narcotráfico. La Iglesia Católica, a través de su Conferencia Episcopal, ha alzado la voz con preocupación, advirtiendo sobre las consecuencias de esta retirada en comunidades ya golpeadas por la pobreza y la exclusión social.
La alarmante retirada del Estado
La Conferencia Episcopal Argentina ha expresado su inquietud ante lo que consideran una “retirada del Estado” en barrios como las villas y otros asentamientos populares. Este abandono no solo se traduce en la falta de servicios básicos, sino que también crea un vacío que es rápidamente ocupado por organizaciones delictivas, especialmente en el ámbito del narcotráfico. La Iglesia señala que, al no estar presente el Estado, se está permitiendo la creación de un “Estado paralelo” que opera sin control y que se convierte en la única opción para muchos jóvenes que buscan alguna forma de inclusión.
Impacto en la comunidad y aumento de la vulnerabilidad
La retirada del Estado afecta directamente a las comunidades más vulnerables, donde la falta de recursos y oportunidades laborales deja a los jóvenes en una situación precaria. Según datos recientes, se estima que el 70% de los habitantes de las villas no cuentan con acceso a servicios de salud adecuados, lo que incrementa la dependencia de soluciones ilegales. La Iglesia ha hecho un llamado a las autoridades nacionales, provinciales y municipales para que redoblen esfuerzos y recursos en estas áreas, destacando que “desfinanciar sus obras es una forma indirecta de condenar a muchos a la muerte”.
La labor de la Iglesia y la sociedad civil
En el marco de esta preocupante realidad, la labor de la Iglesia en colaboración con organizaciones de la sociedad civil cobra una relevancia crucial. La Conferencia Episcopal ha enfatizado la importancia de la asistencia a las víctimas de adicciones, así como el trabajo preventivo que se realiza en el terreno. Este enfoque integral busca no solo atender a los afectados, sino también crear conciencia sobre los riesgos y consecuencias del consumo de drogas. Sin embargo, se advierte que la falta de financiamiento puede poner en riesgo estas iniciativas valiosas.
- Aumento del financiamiento del Fondo de Integración Socio Urbana (FISU): clave para obras de infraestructura.
- Más de 1 millón de personas afectadas por la desfinanciación de programas de asistencia.
- Valoración del aumento de la Asignación Universal por Hijo (AUH) y la Tarjeta Alimentar como medidas de alivio.
Desafíos futuros y la necesidad de un compromiso real
A medida que se acerca la Jornada Mundial contra el Uso Indebido y el Tráfico Ilícito de Drogas, la Iglesia hace un llamamiento a un compromiso renovado y real por parte del Estado. La desfinanciación de programas relacionados con la integración social y la asistencia a comunidades vulnerables no solo es un golpe a la economía de los barrios, sino que también representa una grave desatención a las necesidades de los ciudadanos. El futuro de estos espacios depende de la acción coordinada entre el Estado y la sociedad civil, así como de la voluntad política para abordar las raíces del problema del narcotráfico.
La realidad de los barrios populares no puede seguir siendo ignorada. Si el Estado no asume un rol activo en la protección y el desarrollo de estas comunidades, el narcotráfico seguirá expandiéndose, convirtiéndose en una opción atractiva para aquellos desesperados por encontrar una salida a su situación. Queda claro que un compromiso auténtico y sostenido es necesario para revertir esta preocupante tendencia y ofrecer un futuro más esperanzador a quienes hoy se encuentran atrapados en un ciclo de violencia y desesperanza.