“Mi bilocación: sueña, no te detengas”
Por Ana Martínez · 24 Jun 2025 – 02:07 AM -03 Ver perfil
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La dualidad del ser: entre sueños y realidades
En un mundo donde el tiempo parece escabullirse como arena entre los dedos, es vital recordar que cada instante puede ser una oportunidad para renacer. El protagonista de esta reflexión es el ser humano, inmerso en una vorágine de rutinas que, a menudo, lo llevan a olvidar la belleza de los pequeños momentos. Todos estamos llamados a despertar y a redescubrir el poder transformador de los sueños.
La percepción del tiempo: un eterno presente
El tiempo, ese fenómeno inasible, nos ha sido impuesto como un dictador que ordena nuestras vidas. Sin embargo, Tata Dios, en su infinita sabiduría, nos brinda la oportunidad de reconsiderar nuestra existencia. En su enseñanza, cada día es una nueva vida, una hoja en blanco que nos invita a escribir nuestra historia.
La repetición de una rutina monótona puede llevarnos a perder la capacidad de asombro. Cuando todos los días parecen idénticos, es porque hemos dejado de apreciar los matices de la vida. La luz del sol que se asoma cada mañana no es solo un fenómeno físico; es un recordatorio de que siempre hay un nuevo comienzo esperando ser abrazado.
El arte de soñar: un viaje sin límites
La bilocación del ser humano va más allá de lo físico; es un viaje hacia las profundidades de la imaginación. Gracias a este don, puedo desplazarme a diferentes planos de existencia, donde cada sueño se convierte en una experiencia vivida. Saturno, con sus anillos inconfundibles, se convierte en un símbolo de la permanencia de nuestras aspiraciones.
A través de mis sueños, me encuentro con personajes históricos que han dejado una huella indeleble en la humanidad. Desde el Renacimiento hasta la Revolución Francesa, cada encuentro es una lección de vida. En este espacio, me permito anidar en un solsticio eterno, donde el amor y la paz son los protagonistas de cada jornada.
La noche cósmica: un refugio para el alma
El universo se despliega ante mis ojos como un templo sagrado, donde cada estrella brilla con una historia que contar. La Vía Láctea se convierte en un ungüento que sana las heridas de la rutina diaria. En este vasto cosmos, encuentro un lenguaje secreto que solo el alma puede descifrar.
Contemplar la inmensidad del cielo es un ejercicio de humildad y gratitud. El viento susurra, y cada ráfaga trae consigo la promesa de nuevos comienzos. Este mundo, con su vértigo de hechos inesperados, también ofrece la posibilidad de exclamaciones de agradecimiento. “Gracias, vida”, resuena en cada rincón de mi ser.
La importancia de seguir adelante
No hay camino que no se pueda rectificar, no hay sueño que no pueda convertirse en realidad. En este viaje de bilocación, se nos recuerda que cada paso, por pequeño que sea, es un avance hacia lo que realmente deseamos. La vida está llena de oportunidades esperando ser descubiertas, incluso en los momentos más oscuros.
Los desafíos que enfrentamos en nuestro entorno, como las dificultades económicas o los cambios políticos en Argentina, no deben ser motivos para detenernos. Por el contrario, son el combustible que aviva nuestra llama interior. Siempre se puede avanzar, si uno se permite soñar y, sobre todo, persistir.
Dr. Jorge Bernabé Lobo Aragón jorgeloboaragon@gmail.com
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