“Paz, trabajo y progreso social con hilo y aguja en lugar de motosierra”

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Por Ana Martínez · 30 Jun 2025 – 01:47 AM -03 Ver perfil

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Imagen: Shutterstock | Archivo | © 2025 InfoNow Noticias

La necesidad de un enfoque más humano en la política económica

La reciente declaración del jefe de Gabinete, Guillermo Francos, en la Fundación Mediterránea, marca un nuevo rumbo en la política económica argentina. Su anuncio de vetar cualquier ley que busque financiar a las provincias o ajustar jubilaciones pone en tela de juicio la capacidad del gobierno para responder a las necesidades de los sectores más vulnerables. Este enfoque, centrado en un estricto equilibrio fiscal, afecta directamente a millones de argentinos que enfrentan una realidad económica adversa.

Una economía en crisis

La gestión del nuevo gobierno, encabezada por Javier Milei, ha sido objeto de un escrutinio intenso, sobre todo en lo que respecta a la inflación. Al asumir en diciembre de 2023, la inflación interanual era del escalofriante 289,4%. Aunque en junio de 202547,3%, es crucial recordar que este resultado, aunque positivo, se produce en un contexto donde el sufrimiento de la población sigue siendo palpable.

Además, el ministro de Economía ha sido criticado por no presentar un plan económico integral que no solo enfrente la inflación, sino que impulse un verdadero progreso social. En este contexto, el objetivo de alcanzar el déficit cero, aunque teóricamente atractivo, se ha conseguido a expensas de recortes en áreas vitales para la población, como son:

  • 30,4% de reducción en gastos del Estado comparado con el primer cuatrimestre de 2023.
  • 40,741 billones de pesos en gastos de seguridad social en 2023, comparados con 31,244 billones en 2025.
  • Incremento de solo 5% en ingresos, comparándose 34,455 contra 34,623 billones.

El impacto social de los recortes

Los recortes en las prestaciones de seguridad social y las transferencias al sector público han generado un efecto dominó que afecta a los más desprotegidos. Al reducir el apoyo a las universidades, el sector privado y las provincias, se han socavado las bases del progreso social. Las consecuencias son evidentes: menos oportunidades educativas, disminución de empleos y un incremento en la desigualdad.

Para muchos, esta situación es un recordatorio de que la política económica no puede ser vista como un mero ejercicio de números y estadísticas. Detrás de cada cifra, hay historias humanas que reflejan luchas diarias, sueños aplazados y esperanzas por un futuro mejor. La falta de un plan claro y humano exige una reconsideración de lo que significa ‘progreso’ en este nuevo contexto.

Un llamado a la responsabilidad política

El actual gobierno debe reflexionar sobre su enfoque y su responsabilidad hacia los ciudadanos. Si bien la disciplina fiscal es vital, no debe ser un fin en sí mismo, sino un medio para alcanzar un bienestar común. La decisión de vetar leyes que apuntan a mejorar la vida de miles de argentinos es, en última instancia, una elección política que puede tener repercusiones duraderas.

Es imperativo que los líderes se alineen con las necesidades de la población. La política debería ser un arte de balancear intereses, no una lucha entre ideologías. En lugar de emplear la motosierra de los recortes drásticos, debería utilizarse el hilo y la aguja para coser las heridas de un país que ha sufrido demasiado. La política económica debe humanizarse; solo así podremos aspirar a un verdadero progreso social.

El futuro de la economía argentina

A medida que avanzamos, los desafíos que enfrenta Argentina no desaparecerán por sí solos. La polarización política y la desconfianza entre los sectores son obstáculos significativos que deben ser superados. Sin un diálogo constructivo y un compromiso sincero por parte de los líderes, la brecha entre ricos y pobres seguirá ampliándose.

Es un momento crucial para que tanto el gobierno como la sociedad civil se unan en la búsqueda de soluciones que promuevan no solo la estabilidad económica, sino también la justicia social. La historia nos enseña que las grandes transformaciones sociales se logran con el compromiso de todos, no a través de medidas drásticas que desatiendan las necesidades más urgentes de la población.

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