Un hecho sobre las inundaciones que el Gobierno no parece dispuesto a discutir

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Por Carlos López · 10 Jul 2025 – 01:12 PM -03 Ver perfil

La negligencia ante el aviso de la naturaleza Las recientes inundaciones en el condado de Kerr, Texas, han puesto de rel... Descubre más sobre election, poli...

Foto: Polaris | © 2025 InfoNow Noticias

La negligencia ante el aviso de la naturaleza

Las recientes inundaciones en el condado de Kerr, Texas, han puesto de relieve una preocupante realidad: la falta de preparación y respuesta adecuada ante desastres naturales. La crítica situación surgió cuando los campamentos de verano a lo largo del río Guadalupe no fueron evacuados antes de que las aguas alcanzaran niveles críticos el 4 de julio. La respuesta del funcionario local, Rob Kelly, dejó a muchos con la pregunta inquietante: ¿por qué no se anticipó este desastre?

Un historial de inundaciones ignorado

El juez Kelly no escatimó en señalar que el valle fluvial de Kerr es uno de los más peligrosos de Estados Unidos. La región ha experimentado inundaciones con frecuencia, y las autoridades deberían haber estado alertas ante la posibilidad de otro evento catastrófico. Sin embargo, su declaración de que “nadie sabía” parece más bien una excusa que una explicación válida.

Examinando el contexto, el Servicio Meteorológico Nacional había desplegado más personal en la región, ante la inminencia del peligro. Además, se emitieron tres alertas cruciales en la madrugada del desastre, a las 1:14, 4:03 y 6:06. Estas advertencias no solo indican el riesgo inminente, sino que también resaltan una alarmante desconexión entre los datos disponibles y la acción tomada por las autoridades locales.

Un voluntario contempla el río Guadalupe mientras ayuda a limpiar la casa de un residente en Hunt, Texas, EE. UU., el miércoles 9 de julio de 2025. Los equipos de rescate en el centro de Texas llevan seis días excavando entre enormes montones de escombros, vehículos volcados y casas destrozadas, mientras continúa la búsqueda de víctimas de las inundaciones repentinas que causaron la muerte de más de 100 personas durante el fin de semana del 4 de julio. Fotógrafo: Eli Hartman/Bloomberg

Foto: Polaris | © 2025 InfoNow Noticias

La omisión más crítica fue el repentino retiro del meteorólogo Paul Yura, quien había estado al frente de la coordinación de alertas. Su jubilación anticipada, consecuencia de recortes en el presupuesto promovidos por el Departamento de Eficiencia Gubernamental, dejó un vacío que no fue cubierto. La ausencia de un experto en la materia impidió que las advertencias se propagaran adecuadamente y que la ciudadanía recibiera la protección necesaria.

Personas asisten a un servicio religioso en memoria de las víctimas de las inundaciones en Kerrville, Texas, Estados Unidos, el 9 de julio de 2025. REUTERS/Umit Bektas

Imagen: Bloomberg | Archivo | © 2025 InfoNow Noticias

Las consecuencias de la falta de respuesta

Las pérdidas humanas y materiales de este evento son inconmensurables. Las inundaciones no solo han arrasado con infraestructuras, sino que también han dejado un profundo impacto en la comunidad local. La responsabilidad de garantizar la seguridad pública debería recaer en aquellos que tienen el deber de proteger a sus ciudadanos. Sin embargo, en este caso, se ha evidenciado una alarmante falta de acción.

Las estadísticas revelan la magnitud del desastre: miles de hogares fueron dañados, y los costos de recuperación superan fácilmente los millones de dólares. La pregunta que queda en el aire es: ¿cómo es posible que una región con un historial de inundaciones no cuente con un plan de respuesta robusto? La respuesta se encuentra en la falta de inversión en infraestructura y en la priorización de los recortes presupuestarios sobre la seguridad de la población.

La situación en el condado de Kerr debería servir de lección para otras regiones propensas a desastres naturales. Es fundamental que las autoridades comprendan que la negligencia en la preparación y respuesta ante emergencias puede resultar en consecuencias devastadoras. La vida de las personas debería ser siempre la prioridad, y las decisiones gubernamentales deben reflejar ese compromiso.

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