Todos contra Villarruel: los libertarios salieron en fila a pegarle a la vice y la acusan de traición por habilitar la sesión en el Senado
Por Juan Pérez · 10 Jul 2025 – 04:13 PM -03 Ver perfil
Crédito: Télam – Imagen exclusiva | © 2025 InfoNow Noticias
La presión interna y el dilema del liderazgo: el caso Villarruel
En un momento de fractura política, la vicepresidenta Victoria Villarruel se encuentra en el centro de una tormenta. Acusaciones desde su propio sector, los libertarios, emergen con fuerza tras su decisión de habilitar una sesión en el Senado, que podría tener repercusiones significativas en el futuro económico del país. Este hecho pone en entredicho su papel y genera tensiones entre aliados de la coalición de gobierno.
La arremetida de los libertarios
La ofensiva comenzó con el jefe del bloque de diputados de La Libertad Avanza, Agustín Romo, quien no dudó en expresar su desacuerdo en redes sociales. Romo argumenta que la vice habilitó una sesión de manera irregular, alegando que solo se puede autoconvocar para tratar asuntos de reglamento interno, y no para legislación. Este cuestionamiento no es menor, ya que refleja una grieta interna que podría debilitar la cohesión del bloque.
Las declaraciones de Romo fueron respaldadas por la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, quien disparó contra Villarruel, acusándola de complicidad con el kirchnerismo. Este tipo de críticas, aunque provienen de aliados, evidencian el contexto de desconfianza y la búsqueda de chivos expiatorios dentro de un entorno político en crisis.
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En este escenario, la figura de Villarruel se torna más compleja. Un líder debe saber cuándo avanzar y cuándo retroceder. La habilidad política se mide no solo por las decisiones que se toman, sino también por la capacidad de mantener unida a la propia facción.
El rol de los asesores y el entorno presidencial
El ambiente se torna más tenso con la participación del asesor presidencial Santiago Caputo, quien llevó la crítica a un nivel más severo al sugerir que Villarruel debería ser condenada por traición a la patria. Este tipo de declaraciones no solo complican la imagen de la vicepresidenta, sino que también tensan la relación entre el ejecutivo y el legislativo, un aspecto vital para la gobernabilidad.
El mensaje incendiario de Caputo resuena en un contexto donde el apoyo popular hacia el gobierno se diluye. Las palabras de un asesor presidencial suelen tener un peso significativo en el discurso político, y en este caso, reflejan el descontento interno que se manifiesta públicamente. Cuando la lealtad se pone en duda, las instituciones corren el riesgo de fracturarse.
Las implicaciones de la sesión en el Senado
La habilitación de esta sesión en el Senado no es un tema trivial. Se están tratando proyectos que son cruciales para el plan económico del gobierno, lo que significa que el margen de error es mínimo. Los legisladores están al borde de un abismo: aprobar medidas necesarias para enfrentar la crisis o seguir dividiéndose en conflictos internos. El dilema se torna más intenso cuando consideramos el contexto económico actual, con una inflación que supera el 100% y un descontento social palpable.
- Inflación anual: >100%
- Tasa de pobreza: 40%
- Proyectos en discusión: 3 principales propuestas económicas
El ambiente en el Congreso es electrizante, y con cada chispa, se corre el riesgo de que la situación se convierta en un incendio incontrolable. Las decisiones que se tomen hoy podrían definir el rumbo del país en los próximos años.
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Un futuro incierto para Villarruel y sus aliados
La situación de Victoria Villarruel es un microcosmos de las tensiones más amplias que enfrenta el gobierno en su conjunto. Si bien su figura puede ser vista como un símbolo de resistencia para algunos, para otros se ha convertido en un blanco de ataques internos que podrían dañar no solo su carrera, sino la estabilidad del bloque en el que milita.
Las próximas semanas serán cruciales para la vicepresidenta y sus aliados. La capacidad de Villarruel para manejar la crisis y recuperar la confianza de sus pares será vital. En política, la lealtad es un bien escaso y no se puede dar por sentado.