Diplomacia vaciada: el costo oculto del ajuste exterior
Por María Gómez · 19 Jul 2025 – 06:03 PM -03 Ver perfil
Crédito: Getty Images – Imagen exclusiva | © 2025 InfoNow Noticias
La transformación radical de la representación argentina en el mundo
Recientemente, se ha desatado una ola de inquietud en el ámbito diplomático argentino a raíz de una propuesta que podría alterar los cimientos de la Cancillería. El principal artífice de esta inquietante iniciativa es Marcelo Nimo, actual agregado comercial en la embajada argentina en España, quien ha planteado un nuevo paradigma de la diplomacia que busca desafiar las normas tradicionales. Este proyecto, titulado Diplomacia de la Libertad, tiene el potencial de redefinir el papel de Argentina en el escenario internacional y afecta no solo a los funcionarios en el exterior, sino también a la proyección del país en el mundo.
La visión de Nimo y su crítica al cuerpo diplomático
Marcelo Nimo, defensor de la escuela austríaca de economía y crítico del papel del Estado, ha formulado una agresiva propuesta para transformar la diplomacia argentina. En su visión, el servicio exterior actual es ineficiente y obsoleto, lo que justifica su drástica reforma. Su plan sugiere una reducción significativa del gasto público mediante la eliminación de funciones diplomáticas tradicionales, lo que podría llevar a que la diplomacia argentina sea considerada un servicio marginal y fragmentado.
Entre las críticas que lanza hacia el cuerpo diplomático, Nimo sostiene que este mantiene una “simulación de falso estado de bienestar”, lo que refleja una perspectiva que se alinea con las políticas del gobierno de Javier Milei, quien promueve una estrategia de ajuste fiscal agresiva que ha sido apodada la “motosierra”. Esta postura desafía la noción misma de la representación profesionalizada, una característica que ha sido fundamental para la Cancillería argentina durante más de un siglo.
La posible eliminación de funciones diplomáticas tradicionales
La propuesta de Nimo contempla la eliminación progresiva de ciertas funciones diplomáticas, reemplazándolas por soluciones digitales y la contratación de entidades privadas. En este nuevo esquema, se prevé que la diplomacia se convierta en un servicio remoto, carente de la esencia que caracteriza a la interacción internacional. En lugar de contar con embajadas y consulados, se podrían establecer plataformas digitales que gestionen las relaciones exteriores de manera más “eficiente”.
- 30% de reducción en el presupuesto destinado a la diplomacia.
- 50% de las funciones podrían ser tercerizadas a empresas privadas.
- 20 embajadas podrían cerrar en los próximos cinco años.
Este enfoque plantea serias preocupaciones sobre cómo se llevará a cabo la representación de los intereses argentinos en el extranjero. La interacción cara a cara, fundamental para construir relaciones diplomáticas sólidas, podría verse sacrificada en el altar de la eficiencia económica.
Impacto en la proyección internacional de Argentina
Reducir la diplomacia a un mero servicio comercial podría tener repercusiones graves en la proyección internacional de Argentina. La representación del país en el exterior no se limita a cuestiones comerciales; abarca una amplia gama de temas que van desde la cultura y la cooperación internacional hasta los derechos humanos. La disminución de la presencia diplomática puede dejar vacío un espacio que Argentina ha construido a lo largo de los años, afectando su capacidad para influir en decisiones globales importantes.
En este contexto, es vital señalar que la diplomacia ha sido un pilar de la política exterior argentina. La posibilidad de tercerizar funciones diplomáticas es inquietante, ya que quienes asumen estas tareas podrían no tener la sensibilidad necesaria para representar los intereses nacionales con la profundidad que requiere el contexto internacional.
La reacción en el ámbito académico y diplomático
El proyecto ha desencadenado una ola de críticas en los círculos académicos y diplomáticos. Expertos advierten que esta propuesta podría desmantelar décadas de avances en la política exterior argentina. El consenso es que la diplomacia no puede ser gestionada como una mera empresa, ya que se basa en relaciones humanas complejas y en la construcción de confianza y colaboración entre naciones.
La preocupación se extiende más allá de la eliminación de puestos de trabajo; se trata de un replanteamiento de la identidad nacional en un mundo cada vez más interconectado. La formación de nuevos diplomáticos, la preservación de la tradición y la historia de la diplomacia argentina están en juego, y es imperativo que la comunidad internacional y la ciudadanía se movilicen para proteger estos valores.