Mayra Mendoza, la intendenta ultra cristinista que se tatuó la cara de Néstor Kirchner
Por María Gómez · 21 Jul 2025 – 10:48 PM -03 Ver perfil
Crédito: Bloomberg – Imagen exclusiva | © 2025 InfoNow Noticias
La nueva cara del peronismo en Quilmes: un fenómeno cargado de simbolismo
En un contexto de tensiones y luchas internas dentro del peronismo, Mayra Mendoza se erige como una figura controversial y emblemática. La intendenta de Quilmes, con sus raíces radicales y su ferviente alineación con el kirchnerismo, ha capturado la atención del público no solo por su gestión, sino también por su audaz decisión de llevar en su piel homenaje a Néstor Kirchner. En este escenario, la política local se entrelaza con la historia y la identidad del movimiento, impactando a ciudadanos y militantes por igual.
Un viaje desde la oposición al centro del poder
La trayectoria de Mayra Mendoza es un claro reflejo de la dinámica política argentina. Desde sus inicios como asistente del senador radical José Eseverri, hasta su integración en la mesa de conducción de La Cámpora, ha sabido navegar por las aguas del peronismo con determinación. Su elección como diputada nacional entre 2011 y 2019 marcó un hito en su carrera, consolidando su papel como una de las voces más relevantes del kirchnerismo.
En 2019, Mendoza hizo historia al convertirse en la primera mujer en liderar el municipio de Quilmes, derrotando al entonces intendente Martiniano Molina. Su victoria no solo significó un triunfo electoral, sino también un paso hacia la inclusión de las mujeres en cargos de poder dentro del peronismo. En 2023, reafirmó su liderazgo al vencer nuevamente a Molina, lo que refleja su consolidación en la política local.
La implicación de los símbolos en el discurso político
El tatuaje del rostro de Néstor Kirchner en su rostro es, sin duda, un gesto audaz que trasciende la mera estética. Este tipo de simbolismo refuerza su inquebrantable lealtad hacia la figura del ex presidente y el legado del kirchnerismo. Junto a Eva Perón, otro emblema del peronismo, estos tatuajes no son solo marcas en su piel, sino declaraciones de intenciones que hablan de su compromiso con una ideología que, para muchos, simboliza la lucha por la justicia social y la inclusión.
La imagen de Mendoza, con su rostro tatuado, desafía las convenciones políticas tradicionales y provoca un diálogo sobre la identidad en la política contemporánea. En un momento en que la polarización es la norma, su elección de llevar estos símbolos en su piel puede interpretarse como un acto de valentía que busca inspirar a las nuevas generaciones de militantes a abrazar sus raíces ideológicas.
Las tensiones internas del peronismo bonaerense
La gestión de Mayra Mendoza no está exenta de controversia. Su papel en la lucha de poder dentro del peronismo en Buenos Aires la ha situado en el centro de ataques y defensas políticas. En la defensa del legado de Cristina Kirchner, ha mantenido un enfrentamiento abierto con figuras como Axel Kicillof y los intendentes afines, como Jorge Ferraresi. Esta dinámica no solo refleja las tensiones inherentes a la política, sino que también pone de manifiesto la estrategia de Mendoza para consolidar su poder en el ámbito local y provincial.
La reciente controversia en torno al escrache a José Luis Espert ha añadido una nueva capa de complejidad a su gestión. La detención de Eva Mieri, su concejal y mano derecha, por su implicación en este acto, ha generado un clima de incertidumbre que podría repercutir en su imagen y en la de su administración. La defensa de Mendoza a su colaboradora demuestra su lealtad, pero también destaca la fragilidad de su posición en un entorno político cada vez más volátil.
El futuro incierto del kirchnerismo y la figura de Mendoza
A medida que se acercan las elecciones, la figura de Mayra Mendoza se convierte en un termómetro de la salud del kirchnerismo en Quilmes y más allá. La creciente polarización y las luchas internas del partido plantean interrogantes sobre el futuro de su administración y su propia carrera política. En este contexto, el simbolismo de sus tatuajes y su lealtad a Néstor Kirchner y Cristina Kirchner serán puestos a prueba.
Con un panorama electoral incierto y el desafío constante de integrar a un electorado dividido, Mendoza deberá maniobrar con astucia y tacto para mantener su posición y avanzar en su agenda. Este es, sin duda, un momento definitorio no solo para su carrera, sino para el futuro del kirchnerismo en la política argentina.