Empleados “jubilables”: el beneficio poco conocido que les permite a las empresas ahorrar con trabajadores mayores de 65 años

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Por Juan Pérez · 08 Aug 2025 – 11:29 AM -03 Ver perfil

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Imagen: ITAR-TASS | Archivo | © 2025 InfoNow Noticias

La nueva realidad laboral de los trabajadores mayores: oportunidades y desafíos

En el contexto actual del mercado laboral argentino, la situación de los empleados que se encuentran en condiciones de jubilarse ha cobrado una relevancia inesperada. En este escenario, el actor principal es el empleador, quien se enfrenta a la dualidad de la continuidad laboral de sus trabajadores mayores de 65 años y los beneficios económicos que esto puede acarrear. Esta dinámica no solo afecta a los empleados, sino que también impacta de manera directa en la gestión financiera de las empresas.

El marco legal y su evolución

La Ley de Contrato de Trabajo regula las condiciones bajo las cuales un trabajador puede ser intimado a iniciar su jubilación. Originalmente, el artículo 252 establecía que los empleados que alcanzaran la edad de jubilación debían comenzar los trámites pertinentes, manteniendo la relación laboral por un máximo de un año. Sin embargo, la Ley 24.426 de 2017 modificó este marco, extendiendo la protección del empleo hasta los 70 años. Esto significa que, independientemente de su elegibilidad para jubilarse, los trabajadores tienen derecho a continuar en sus puestos, lo que plantea una serie de interrogantes sobre la gestión de recursos humanos.

Beneficios económicos para las empresas

La continuidad laboral de los empleados mayores puede representar un ahorro significativo para las empresas. Primero, al mantener a trabajadores en edad de jubilación, las empresas pueden evitar el costo de desvinculaciones, que suelen incluir indemnizaciones y otros gastos asociados. Segundo, existe una notable reducción en los gastos de aportes previsionales, ya que los trabajadores mayores que continúan en actividad pueden beneficiarse de ciertas exenciones fiscales. Estos aspectos económicos se traducen en una mejora en la rentabilidad de las empresas que optan por retener a trabajadores experimentados.

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  • Ahorro por despidos: Las indemnizaciones pueden representar hasta un 50% del salario anual del trabajador.
  • Reducción de aportes: Las empresas pueden ahorrar hasta un 20% en contribuciones sociales si optimizan la relación laboral de los trabajadores jubilares.

La experiencia como valor agregado

Además del aspecto financiero, los empleados mayores aportan un valor significativo a las empresas. La experiencia acumulada a lo largo de los años les otorga una perspectiva única que puede ser invaluable en la toma de decisiones y en la resolución de problemas complejos. En un momento donde la transformación digital y la innovación son claves, estos trabajadores pueden ofrecer conocimientos prácticos que difícilmente se obtienen en un entorno laboral más joven.

Asimismo, la permanencia de empleados con amplia trayectoria puede fortalecer la cultura organizacional, promoviendo la transmisión de saberes y habilidades a las nuevas generaciones. Este intercambio intergeneracional es crucial para la cohesión del equipo y el desarrollo de una visión a largo plazo en la empresa.

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Desafíos y consideraciones éticas

A pesar de los beneficios, es necesario abordar los desafíos que surgen de esta dinámica. La precarización de los trabajos de los mayores puede ser una consecuencia no deseada de la prolongación de la actividad laboral. Es fundamental que las empresas no vean a estos trabajadores simplemente como una fuente de ahorro, sino como activos valiosos que requieren un trato digno y justo. La falta de inversión en su capacitación y bienestar puede resultar en un desgaste emocional y físico, cuya repercusión no solo afectará al empleado, sino también al clima laboral y a la productividad general.

Además, la relación entre la empresa y sus empleados jubilables debe ser gestionada con cuidado, considerando la importancia de un diálogo abierto sobre sus expectativas futuras y las posibilidades de desarrollo. La implementación de políticas inclusivas que favorezcan la integración de todos los grupos etarios es un paso fundamental para garantizar un ambiente laboral justo y equitativo.

En conclusión, la situación de los trabajadores mayores de 65 años en el contexto laboral argentino presenta tanto oportunidades como desafíos. Las empresas que logran equilibrar los beneficios económicos con un enfoque humano y ético hacia sus empleados, no solo se posicionan mejor en el mercado, sino que también contribuyen a una sociedad más justa y solidaria.

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