Canadian PM vows to boost defence spending and reduce dependency on US
Un giro audaz en la política de defensa canadiense
En un contexto geopolítico marcado por tensiones crecientes, el primer ministro Mark Carney ha anunciado una reorientación significativa de la política de defensa de Canadá. En un discurso pronunciado en la Universidad de Toronto, Carney reveló planes para aumentar el gasto en defensa al nivel más alto en décadas, enfatizando la necesidad de que Canadá se vuelva menos dependiente de su vecino del sur, Estados Unidos, en cuestiones de seguridad.
Compromisos y objetivos claros
El primer ministro ha establecido un objetivo ambicioso: alcanzar el 2% del PIB en gasto militar para este año fiscal, adelantándose cinco años al compromiso previamente establecido con la OTAN. Esta decisión responde a la crítica histórica de que Canadá ha sido un “vago de defensa”, con informes recientes indicando que el gasto en defensa del país fue solo del 1.45% del PIB el año pasado.
Carney subrayó que “el largo-held view de que la ubicación geográfica de Canadá nos protegerá se vuelve cada vez más arcaica”. Las tensiones internacionales, como la invasión bárbara de Rusia a Ucrania y la creciente asertividad de China, han llevado al primer ministro a reconsiderar la estrategia de defensa del país. Tal como lo expuso, las amenazas que antes parecían lejanas ahora son “inmediatas y agudas”.
Impulsando la industria local
El primer ministro también anunció planes para desviar miles de millones en gastos hacia fabricantes nacionales, subrayando que Canadá ha llegado a depender demasiado de Estados Unidos para sus capacidades de defensa. Esta medida busca fortalecer la industria de defensa canadiense, fomentando la autosuficiencia y creando empleo en el proceso.
- Se prevé que la inversión en la industria local genere miles de empleos.
- Se fomentarán alianzas con empresas canadienses para desarrollar nuevas tecnologías de defensa.
Carney enfatizó que “una asociación con nuestros aliados es vital, pero debemos ser capaces de defendernos nosotros mismos”. Esta declaración resuena en un momento en que la soberanía canadiense es vista como un activo estratégico en un mundo cada vez más volátil.
Contexto geopolítico y la próxima cumbre del G7
El anuncio de Carney se produce en un momento crucial, justo antes de que CanadáG7 en Kananaskis, Alberta. La cumbre brinda una plataforma inmejorable para que el primer ministro aborde cuestiones de seguridad global y regional. Al enfatizar la necesidad de un compromiso renovado con la defensa, Carney busca posicionar a Canadá como un líder responsable en la OTAN y en la comunidad internacional.
Esto se da en un contexto donde la globalización y la interdependencia económica han complicado la naturaleza de las alianzas. Sin embargo, como lo sugirió Carney, el tiempo de la complacencia ha terminado; la seguridad nacional no puede ser un concepto pasivo, sino una prioridad activa.
Desafíos y oportunidades futuras
A pesar de estas promesas de cambio, los desafíos son significativos. Muchos expertos cuestionan si Canadá realmente puede movilizar los recursos necesarios para cumplir con estas ambiciones, dado el histórico subfinanciamiento de su sector de defensa. Además, la transición hacia un modelo más autosuficiente requerirá tiempo y una planificación meticulosa.
- Los costos de desarrollo de capacidades de defensa son elevados y a menudo impredecibles.
- El establecimiento de nuevas alianzas dentro del sector privado puede ser complicado, especialmente con el aumento de la competencia internacional.
Sin embargo, el escenario actual también ofrece oportunidades inexploradas. La necesidad de innovación y adaptación puede llevar a Canadá a ser un pionero en nuevas tecnologías de defensa, creando un ecosistema robusto que no solo servirá a sus intereses, sino también a los de sus aliados. En este contexto, la decisión de Carney puede verse como el primer paso hacia un futuro donde Canadá no solo es un jugador en la defensa regional, sino un líder en la defensa global.