Cayó la mujer de la comunidad gitana que casi ahorca a una jubilada en un cuento del tío
Por María Gómez · 26 Jun 2025 – 12:16 PM -03 Ver perfil
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La inseguridad y sus nuevas caras: un asalto impactante en Monte Grande
El pasado 10 de junio, un hecho alarmante conmovió a la comunidad de Monte Grande. Una jubilada, víctima de un cuento del tío, se encontró en una situación de vida o muerte al ser asaltada por una mujer que, tras hacerle preguntas sobre su hijo, intentó ahorcarla. Este episodio resalta no solo la vulnerabilidad de los ancianos en la sociedad actual, sino también la creciente complejidad del crimen en entornos que se creen seguros.
El asalto: una secuencia aterradora
La víctima, en su hogar, abrió la puerta confiando en la buena fe de quien llamaba. En un giro que pocos podrían anticipar, la mujer que buscaba información se transformó en una agresora. Las cámaras de seguridad del hogar registraron el momento en que la jubilada fue golpeada y estrangulada, un acto violento que quedó grabado para la posteridad. Este tipo de ataques, que antes parecían lejanos, se están convirtiendo en una dura realidad.
Las circunstancias son preocupantes. La víctima, que padece un trastorno neurocognitivo leve, dependía de su entorno para mantenerse segura. Este hecho plantea interrogantes sobre la protección de las personas mayores en una sociedad que no siempre parece tenerles en cuenta. Adrián, su hijo, fue quien presentó la denuncia, un acto de valentía en medio de un trauma personal que podría haber tenido consecuencias mucho más graves.
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La investigación y la captura de la agresora
La respuesta de las autoridades no se hizo esperar. La Policía Bonaerense, a través de la DDI de Lomas de Zamora, inició una exhaustiva investigación que llevó a la detención de la sospechosa en el barrio de Palermo. Esta mujer, de la comunidad gitana, no era una desconocida para el sistema judicial: contaba con antecedentes por robo.
El trabajo de los investigadores fue riguroso. Identificaron rápidamente a la agresora y se realizaron múltiples allanamientos que resultaron en la confiscación de 15 teléfonos celulares y la ropa utilizada durante el ataque. Estos elementos no solo aportan pruebas cruciales al caso, sino que también ilustran la organización del crimen y la planificación detrás de hechos tan horrendos.
Reflexiones sobre la comunidad gitana y la criminalidad
La comunidad gitana, a menudo objeto de estigmatización, se ha visto envuelta en este caso que refuerza prejuicios y estereotipos. Sin embargo, es fundamental recordar que no todos los miembros de un grupo deben cargar con el peso de las acciones de unos pocos. El desafío que enfrentamos es doble: por un lado, la necesidad de abordar la inseguridad y, por otro, la urgencia de fomentar una comprensión más profunda y empática de las comunidades, que a menudo son malinterpretadas.
La fiscal María Paula Segade Sánchez, a cargo del caso, debe equilibrar la búsqueda de justicia con la responsabilidad social de no perpetuar estigmas. La criminalidad, sin importar su origen, debe ser enfrentada con rigor pero también con un enfoque humano que permita el diálogo y la integración social.
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El contexto social y la percepción de la seguridad
Este tipo de incidentes se producen en un contexto donde la percepción de seguridad está en crisis. Los ciudadanos, especialmente los más vulnerables, sienten que su tranquilidad está en juego. La inseguridad ha trascendido las fronteras de las grandes ciudades y se ha infiltrado en barrios que solían ser considerados tranquilos, como Monte Grande, donde esta jubilada jamás imaginó que abrir la puerta a una desconocida podría poner en riesgo su vida.
Los datos de las estadísticas de criminalidad en Argentina reflejan una tendencia preocupante. En el último año, los delitos contra personas han aumentado en un 15%, lo cual es alarmante y requiere una respuesta contundente tanto de las autoridades como de la ciudadanía. Se hace imperativo que se establezcan políticas efectivas de prevención, atención y protección a los colectivos más vulnerables.
La historia de esta jubilada es un recordatorio doloroso de que aún en momentos de aparente seguridad, la violencia puede asomarse desde la esquina más inesperada. Mientras la sociedad busca respuestas y justicia, el desafío sigue siendo construir un entorno donde todos, independientemente de su edad o condición, puedan vivir sin miedo.