Cómo repercute y afecta a la salud la preocupación económica
Por Ana Martínez · 18 Jul 2025 – 06:53 AM -03 Ver perfil
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La carga invisible de la crisis económica en nuestras mentes
En una época donde el costo de vida se ha disparado, muchas personas se ven abrumadas por la presión económica que enfrentan día a día. El actor principal en esta difícil situación es, sin duda, el individuo, que se encuentra atrapado en un ciclo de estrés que afecta su bienestar general. Esta realidad no solo hiere la economía personal, sino que deja huellas profundas en la salud mental de quienes la padecen.
Un estado de alerta constante
Cuando el dinero escasea, se activa un mecanismo de supervivencia que lleva a las personas a vivir en un estado de alerta permanente. Esta preocupación no solo es una cuestión de sobrevivencia económica, sino que se transforma en una carga emocional que consume energía mental y emocional. La ansiedad se vuelve un compañero cotidiano, y la preocupación por el futuro se cierne sobre cada decisión que se toma.
Según un estudio reciente, el 70% de los argentinos afirma que la economía afecta su salud mental. La incertidumbre laboral, los constantes cambios en la inflación y la falta de apoyo gubernamental generan un clima de angustia que es difícil de sobrellevar. Estos factores no solo provocan estrés, sino que también llevan a un deterioro emocional que se traduce en problemas de insomnio, irritabilidad y tristeza crónica.
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El impacto físico de la ansiedad económica
No es solo la mente la que sufre bajo la presión de las finanzas. El cuerpo también experimenta los efectos del estrés prolongado. Las personas afectadas por la preocupación económica a menudo presentan síntomas físicos, como dolores de cabeza, problemas digestivos y enfermedades cardiovasculares. El cortisol, la hormona del estrés, se dispara en situaciones de ansiedad, afectando la salud general del individuo.
Un estudio de la Universidad de Buenos Aires reveló que las personas que experimentan altos niveles de estrés económico tienen un 30% más de probabilidades de desarrollar enfermedades crónicas. Este panorama revela la estrecha relación entre la salud mental y la salud física, una conexión que no debe ser subestimada.
La búsqueda de soluciones en un entorno hostil
Ante esta realidad, las estrategias que las personas implementan para lidiar con la presión económica son variadas y a menudo insuficientes. Algunos recurren a asesoramientos financieros, mientras que otros buscan ayuda profesional para manejar la ansiedad. Sin embargo, el acceso a estos recursos no siempre está garantizado, especialmente en un contexto donde los costos de atención psicológica pueden ser prohibitivos para muchos.
Las redes de apoyo social se convierten en un salvavidas. Los círculos familiares y los amigos suelen ser la primera línea de contención emocional. No obstante, en muchas ocasiones, estas redes también se ven debilitadas por la presión económica, lo que agrava aún más la situación. La Organización Mundial de la Salud señala que un entorno de apoyo es crucial para mitigar los efectos del estrés, y en tiempos de crisis, esto se vuelve una necesidad básica.
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Un llamado a la reflexión social
Es imperativo que nos detengamos a reflexionar sobre las consecuencias de la crisis económica en nuestras comunidades. Las instituciones deben tomar conciencia de que la salud mental es un componente clave en el bienestar de la población. Políticas más inclusivas y accesibles son necesarias para abordar esta problemática, que se ha visto intensificada en el contexto actual de incertidumbre política y social en Argentina.
Las estadísticas son alarmantes: el 60% de los jóvenes reporta síntomas de ansiedad relacionados con la economía, y entre los adultos mayores, ese número asciende al 75%. Estos datos reflejan una urgencia que no puede ser ignorada. No solo se trata de números, sino de vidas que están siendo afectadas por un sistema que parece desentenderse de las necesidades emocionales de su población.
Así, la preocupación económica se manifiesta como una sombra que se cierne sobre la salud mental y física de las personas. Es esencial abordar esta realidad desde una perspectiva humana y no solo estadística, reconociendo que detrás de cada cifra hay una historia de lucha, resistencia y, sobre todo, de esperanza.