Conectados, a la vanguardia de la nueva agricultura

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Por Carlos López · 06 Aug 2025 – 07:06 AM -03 Ver perfil

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Foto: Xinhua | © 2025 InfoNow Noticias

La Revolución Agrícola del Siglo XXI: Un Camino Hacia el Futuro

Este miércoles, el XXXIII Congreso AAPRESID se abre en la Rural de Palermo bajo el lema “Código abierto”, encapsulando un espíritu de innovación y colaboración. Este evento, que reúne a productores, investigadores y líderes de la industria, es un punto de inflexión en la manera en que concebimos la agricultura moderna en Argentina y, por extensión, en el mundo.

El actor principal de esta transformación es, sin duda, la tecnología agrícola, que ha permitido a la Argentina no solo sostener su producción, sino también liderar el camino hacia un modelo agrícola más eficiente y sostenible. Este avance afecta directamente a miles de agricultores, empresas del sector y, en última instancia, a los consumidores que dependen de un suministro seguro y accesible de alimentos.

Un Salto Cuantitativo en la Producción Agrícola

La historia de la agricultura argentina se puede dividir en dos revoluciones: la conquista territorial y la conquista tecnológica. En la actualidad, no solo hemos ampliado el área de cultivo, sino que también hemos multiplicado la producción. Hace cuatro décadas, producíamos 40 millones de toneladas de granos en 25 millones de hectáreas. Hoy, con 35 millones de hectáreas cultivadas, cosechamos 150 millones de toneladas, duplicando así la productividad por hectárea.

  • 40 millones de toneladas en 1983
  • 150 millones de toneladas en la actualidad
  • 35 millones de hectáreas cultivadas hoy

Este crecimiento ha sido impulsado en gran medida por la soja, que representa un tercio de nuestra producción total y tiene un valor que duplica al de otros cereales. Este cambio radical en la matriz productiva ha permitido también la conservación del stock ganadero, a pesar de la cesión de 10 millones de hectáreas a la agricultura.

De la Ganadería a la Agricultura Continua

El cambio en los métodos de producción ha sido igualmente notable. Hemos pasado de un modelo de “grassland farming”, donde la ganadería jugaba un papel regenerador, a un sistema de agricultura continua mediante siembra directa. Este cambio no solo ha permitido la preservación de los suelos, sino que también ha optimizado el uso de los recursos naturales.

La adopción de prácticas de agricultura sostenible ha sido clave para la preservación del medio ambiente y la mejora de la calidad del suelo. Hemos aprendido a fertilizar de manera más eficiente, y el desarrollo de una genética “ofensiva” ha permitido diseñar cultivares que responden mejor a las necesidades nutricionales del cultivo.

Biotecnología: Un Aliado Indispensable

El avance en biotecnología ha sido otro pilar fundamental en esta revolución agrícola. Con el lanzamiento de la soja RR, Argentina se posicionó como pionera en el uso de transgénicos a nivel mundial. Esta innovación nos ha permitido aumentar nuestros rendimientos y hacer frente a desafíos climáticos y de plagas que amenazan la producción agrícola.

La biotecnología no solo se limita a la soja; se extiende a otros cultivos que están siendo mejorados genéticamente para adaptarse a las condiciones cambiantes. Este avance ha abierto nuevas oportunidades de mercado y ha asegurado un suministro alimentario más estable y seguro.

La Conexión Humana y Tecnológica

Sin embargo, no todo se reduce a números y tecnología. En el fondo de esta transformación hay una red de agricultores, investigadores y empresas que trabajan codo a codo para lograr una agricultura más eficiente y sostenible. Este congreso en Palermo es un reflejo de esa comunidad que está dispuesta a compartir conocimiento y experiencias, en un entorno que fomenta la colaboración y la innovación.

Como sociedad, debemos dar valor a la conexión entre los actores del sector agrícola y la tecnología. No se trata solo de producir más, sino de hacerlo de manera que respete el medio ambiente y garantice la seguridad alimentaria para las generaciones futuras. La agricultura no es solo un negocio; es una responsabilidad compartida que afecta a todos. A medida que avanzamos en este camino, es crucial recordar que cada avance tecnológico debe ir acompañado de un compromiso ético hacia las comunidades y el planeta.

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