El autismo, Lisandro y la belleza
Por Carlos López · 23 Jul 2025 – 06:57 AM -03 Ver perfil
Crédito: Picture Alliance – Imagen exclusiva | © 2025 InfoNow Noticias
La cotidianidad de un adolescente que desafía percepciones
En el corazón del cine argentino contemporáneo, surge una obra que se aleja de los clichés y nos invita a reflexionar sobre la vida desde una perspectiva única. La película Presente continuo, dirigida por Ulises Rosell y protagonizada por el joven Lisandro, un adolescente de 17 años con autismo, nos sumerge en una exploración íntima de su vida cotidiana. A través de momentos sencillos pero profundos, se nos presenta un relato que trasciende la condición del protagonista para arrojar luz sobre la humanidad que nos conecta a todos.
Un retrato que trasciende etiquetas
La obra no busca definir a Lisandro solo por su diagnóstico. En cambio, entiende que cada instante de su vida está impregnado de belleza y significado. Es en las pequeñas cosas donde la verdadera esencia de una persona se revela. Desde su participación en una marcha en Plaza de Mayo hasta momentos de tranquilidad mientras espera a su madre, el filme captura la riqueza de su existencia. Estas escenas, aparentemente cotidianas, se convierten en actos de resistencia y celebración de la vida misma.
La directora Valentina Bassi ha destacado que, aunque el proceso de filmación fue desafiante, la esencia de Lisandro aportó una chispa única al proyecto. La dificultad de plasmar su vida en la pantalla se convierte, irónicamente, en una de las fuerzas que otorgan a la película su autenticidad. La perspectiva de Lisandro nos muestra que, más allá de cualquier etiqueta diagnóstica, cada ser humano posee una historia digna de ser contada.
Imagen: UPI | Archivo | © 2025 InfoNow Noticias
Una mirada respetuosa
Uno de los aspectos más notables de Presente continuo es su enfoque en el espectador. Rosell ha declarado que su intención fue que el público no solo entienda, sino que sienta. Esta premisa cobra vida a través de la proyección de momentos de vulnerabilidad que invitan a la empatía y al respeto. La fragilidad de Lisandro es presentada no como una debilidad, sino como un elemento que enriquece su historia y, por ende, la de todos los que lo rodean.
El respeto hacia la condición de Lisandro se traduce en un tratamiento cinematográfico que evita el sensacionalismo. En su lugar, la película se adentra en el delicado equilibrio entre la lucha y la alegría, recordándonos que cada ser humano lleva consigo una historia de esfuerzo, amor y resiliencia. En este sentido, la proyección de este filme es un acto de valentía colectiva, donde los espectadores son invitados a reflexionar sobre sus propias percepciones y prejuicios.
Un espacio para la inclusión y el reconocimiento
El estreno de Presente continuo también se presenta como una oportunidad para discutir temas de inclusión y visibilidad en la sociedad argentina. La representación de personas con autismo en los medios ha sido históricamente escasa y, en muchos casos, distorsionada. Esta película se erige como un faro que ilumina la necesidad de contar historias auténticas y diversas, donde cada individuo pueda verse reflejado sin juicios ni limitaciones.
- 80 minutos de duración que desafían el tiempo convencional del cine.
- Proyecciones todos los sábados de julio en el Malba a las 18:00.
- Un equipo creativo comprometido con la autenticidad y el respeto hacia la condición de Lisandro.
La relevancia de esta obra no solo radica en su contenido, sino también en su capacidad para abrir un diálogo sobre la diversidad y la aceptación. En un contexto donde la inclusión sigue siendo un tema candente, Presente continuo se erige como un poderoso recordatorio de que cada vida, sin importar sus desafíos, tiene su propia belleza y dignidad.
Foto: Shutterstock | © 2025 InfoNow Noticias
Reflexiones sobre la belleza en lo cotidiano
Al final del día, Presente continuo nos invita a reflexionar sobre cómo percibimos y valoramos la vida de quienes nos rodean. En cada imagen de Lisandro, se encuentra una lección sobre la belleza que se encuentra en lo cotidiano y en lo simple. Estas reflexiones nos llevan a replantear nuestras propias visiones y a considerar que, en la diversidad, reside una riqueza invaluable.
En un mundo que a menudo busca encasillar y etiquetar, la historia de Lisandro nos interpela a encontrar la humanidad en cada persona, a ver más allá de las limitaciones y a celebrar la vida en todas sus formas. Es un recordatorio de que la verdadera belleza reside en la conexión y en la comprensión mutua.