El consumo en los hogares de altos ingresos se reactivó desde inicios de 2025, pero sigue cayendo en los sectores bajos
Un panorama desigual: el consumo se recupera entre los privilegiados mientras los más vulnerables siguen en crisis
La economía argentina ha comenzado a mostrar signos alentadores en el consumo de los hogares, especialmente en los sectores de altos ingresos. Sin embargo, esta reactivación no es una realidad para todos los ciudadanos, ya que los hogares de bajos recursos continúan enfrentando una situación crítica. Este contraste en la dinámica del consumo se hace evidente en los datos recopilados por Kantar, que analizan el comportamiento de más de 5,300 hogares en el país, reflejando una muestra que abarca la diversidad económica de la nación.
Recuperación en el consumo: un rayo de esperanza
Según el último informe de la Cámara Argentina de Comercio (CAC), el consumo en abril mostró un leve incremento del 0,8% mensual. Este repunte es un indicativo de que, después de un difícil año en 2024 donde se registró una caída del 4,3%, la tendencia comienza a cambiar. Esteban Cagnoli, Director General de la división Worldpanel de Kantar, explica que se espera un cierre de 2025 con un aumento en el consumo que oscilará entre 0,3% y 3%, proyectando un crecimiento del 2%.
Este crecimiento, aunque moderado, resulta significativo en un contexto donde la economía ha estado marcada por la incertidumbre. La mejora se da en un marco de mayores ingresos disponibles para ciertos sectores de la población, lo que vuelve a poner en el centro de la discusión el acceso y la equidad en el consumo.
La brecha de consumo: una mirada crítica
El análisis de Cagnoli deja en claro que no todos los estratos sociales están disfrutando de esta recuperación. Los hogares de altos y medios ingresos están experimentando un crecimiento notable en su consumo. Esto se debe a factores como la formalización de sus empleos, ingresos estables y un acceso al crédito que empieza a reactivarse. “En la parte superior estamos hablando de hogares más formalizados, con sueldos más formalizados, bancarizados y con acceso al crédito que empieza a moverse”, afirma el director. Sin embargo, la situación es diametralmente opuesta para los sectores de bajos ingresos.
- La crisis de los hogares más vulnerables no solo persiste, sino que se agudiza. Cada mes, las familias de bajos recursos enfrentan decisiones difíciles sobre cómo administrar sus escasos ingresos.
- Los datos de consumo reflejan un estancamiento en la capacidad de estos hogares para adquirir productos básicos, lo que exacerba su vulnerabilidad económica.
El impacto de la inflación en la dinámica del consumo
La inflación sigue siendo un factor determinante en la economía argentina. La continua alza de precios afecta desproporcionadamente a los sectores más bajos, quienes destinan la mayor parte de sus ingresos a alimentos y servicios básicos. Esto contrasta con los sectores de mayores ingresos, que, aunque también son afectados, cuentan con un margen de maniobra mayor.
La inflación en Argentina ha creado un contexto en el que el consumo se convierte en un termómetro de desigualdad. “El consumo de los hogares de bajos ingresos no solo se estanca, sino que retrocede, lo que dificulta aún más su situación y perpetúa el ciclo de pobreza”, subraya Cagnoli. Este escenario plantea interrogantes sobre la sostenibilidad del crecimiento en el consumo de los sectores privilegiados.
Perspectivas a futuro: una economía fracturada
De cara al futuro, la recuperación del consumo en Argentina parece estar profundamente segmentada. Mientras que el crecimiento en los hogares de mayores ingresos puede proyectar un optimismo reservado, la situación de los sectores vulnerables es preocupante. La falta de políticas inclusivas que aborden estas disparidades se vuelve crítica.
- Es esencial que el gobierno y las instituciones busquen estrategias para equilibrar esta balanza, garantizando que la recuperación no solo beneficie a unos pocos.
- La reactivación del consumo en toda la población depende de políticas que faciliten el acceso a créditos y empleos formales para los sectores más afectados.
La economía argentina se encuentra en un momento decisivo. La recuperación del consumo en los hogares de altos ingresos no debe cegarnos ante la realidad de aquellos que aún luchan por sobrevivir en un contexto adverso.