El maíz se prepara para recuperar protagonismo: mejora el clima productivo, pero persisten los desafíos impositivos
El renacer del maíz: condiciones propicias y desafíos persistentes
La próxima campaña de maíz se encamina a marcar un punto de inflexión para la agricultura. Tras dos años con fuertes caídas de área sembrada y márgenes ajustados, el sector privado proyecta una recuperación significativa, empujada por mejores condiciones climáticas, un paquete tecnológico más robusto y la necesidad de volver a rotaciones más equilibradas. Sin embargo, la discusión impositiva, en especial sobre los derechos de exportación, sigue generando tensiones en un momento donde la rentabilidad aún es frágil.
Condiciones climáticas y tecnológicas favorables
Los pronósticos para la campaña 2023-2024 son alentadores. Las lluvias abundantes y temperaturas más estables han creado un ambiente ideal para el cultivo de maíz. Este clima favorable se traduce en un aumento de la superficie sembrada, que podría alcanzar cifras cercanas a las de años récord. Además, la adopción de un paquete tecnológico que incluye híbridos más resistentes a plagas y enfermedades, así como mejores prácticas de manejo, prometen incrementar los rendimientos por hectárea.
Según datos recientes, se estima que la productividad de maíz podría incrementarse en un 20% respecto a años anteriores. Esta mejora no solo revitaliza la economía agrícola, sino que también contribuye a la sostenibilidad del sector, promoviendo rotaciones más equilibradas que benefician tanto al suelo como al rendimiento a largo plazo.
Desafíos impositivos que amenazan la estabilidad
A pesar de las condiciones favorables, la discusión sobre los derechos de exportación se ha intensificado en los últimos meses. Los productores enfrentan un panorama incierto, ya que el gobierno sigue considerando ajustes que podrían afectar directamente la rentabilidad de los cultivos. La presión por mantener o aumentar estos tributos se convierte en un factor crítico que podría limitar el crecimiento esperado en el sector.
El Grupo de Productores de Maíz ha manifestado su preocupación, destacando que cualquier incremento en los impuestos podría desincentivar la inversión. “Es fundamental encontrar un equilibrio que permita mantener la competitividad en el mercado internacional, sin poner en riesgo la rentabilidad de los productores locales”, afirmaron en un reciente comunicado.
En este contexto, el maíz se posiciona como un actor clave en la agricultura del país. Sin embargo, las decisiones políticas a nivel impositivo serán determinantes para garantizar que esta recuperación no sea efímera y que, en vez de un repunte pasajero, se consolide como un verdadero renacer del cultivo en los próximos años.