El pasaje secreto que parece Andalucía en pleno Once: entre mayólicas, arcos y fuentes silenciosas

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Por Ana Martínez · 17 Jun 2025 – 09:42 PM -03 Ver perfil

Un oasis de calma en el bullicio porteño En el corazón palpitante de Buenos Aires, donde el ritmo frenético de la vida u... Descubre más sobre preserva, quie...

Foto: Associated Press | © 2025 InfoNow Noticias

Un oasis de calma en el bullicio porteño

En el corazón palpitante de Buenos Aires, donde el ritmo frenético de la vida urbana parece no detenerse nunca, se encuentra un enclave que desafía esa misma agitación: el Pasaje Sarmiento. Este rincón, que ha permanecido en la sombra del bullicio de Once, se presenta como un refugio de tranquilidad y belleza arquitectónica que sorprende a quienes se atreven a descubrirlo. A través de sus arcos y azulejos, este pasaje privado ofrece un viaje sensorial que parece transportar a los visitantes a las tierras cálidas de Andalucía.

Un recorrido por la historia

El Pasaje Sarmiento tiene una rica historia que comienza en 1893, cuando fue concebido por la sociedad La Argentina. Su identidad original, el Pasaje Andalucía, ya anticipaba la estética que lo caracterizaría: una combinación de estilos neocoloniales que evocan las tradiciones arquitectónicas del sur de España. En 1944, una reforma significativa transformó su apariencia, pero su esencia andalusí permaneció intacta. Hoy, el pasaje es un testimonio del pasado de la ciudad y de cómo las corrientes migratorias han influido en su desarrollo.

Cada rincón del pasaje cuenta su propia historia. Las coloridas mayólicas que adornan las paredes no solo son un deleite visual, sino que también hablan de la herencia cultural que se entrelaza en la identidad porteña. Estas obras artísticas son testigos de un tiempo en el que el arte decorativo era esencial para el embellecimiento de los espacios públicos y privados.

Las mayólicas decorativas muestran escenas típicas del sur español, como bailaoras de flamenco y toreros. Foto: Instagram @paisajeante.

© Alamy – 2025 | © 2025 InfoNow Noticias

Un ambiente único y silencioso

Al atravesar el umbral del Pasaje Sarmiento, se entra en un mundo apartando de las bocinas y el ruido urbano. Aun estando en una de las áreas más concurridas de la ciudad, el pasaje ofrece una serenidad palpable. El murmullo del agua que brota de la fuente con forma de león azul añade un toque casi místico al ambiente. El silencio aquí no es solo ausencia de ruido, es un bálsamo para el alma.

El diseño del pasaje, con sus canteros repletos de vegetación, invita a los transeúntes a detenerse y disfrutar del momento. El contraste entre el bullicio exterior y la calma interior es un recordatorio del poder del espacio en la vida cotidiana. Aquí, la arquitectura se convierte en un puente entre la historia y el presente, un lugar donde los vecinos aún pueden disfrutar de un café o una charla en la sombra de los arcos.

La comunidad y su legado

El Pasaje Sarmiento no solo es un refugio estético, sino también un hogar para quienes residen en sus 48 unidades. La vida comunitaria que se desarrolla en este enclave es un reflejo de la diversidad que caracteriza a Buenos Aires. Los residentes, que han encontrado en este lugar un sentido de pertenencia, son los verdaderos guardianes de su legado. En una ciudad que avanza a pasos agigantados, este pasaje preserva la memoria y la herencia cultural.

A pesar de que el pasaje está cerrado al tránsito general y su acceso es restringido, el interés por conocerlo ha ido en aumento. Este renacer de la curiosidad por espacios históricos y culturales es un fenómeno que se observa en muchas ciudades del mundo, donde los ciudadanos buscan reconectar con su patrimonio. En este contexto, el Pasaje Sarmiento se convierte en un símbolo de resistencia ante la homogenización y el caos urbano.

El pasaje conecta la Avenida Rivadavia con la calle Bartolomé Mitre, a la altura del 2600. Foto: Instagram @paisajeante.

Imagen: ANSA | Archivo | © 2025 InfoNow Noticias

Entre la tradición y la modernidad

Como espacio privado, el Pasaje Sarmiento ha logrado mantener su esencia a pesar de la modernización que rodea a Once. El hecho de que sus propietarios hayan decidido preservar su carácter exclusivo plantea preguntas importantes sobre la gestión del patrimonio en contextos urbanos en transformación. ¿Cómo se puede equilibrar el desarrollo urbano con la conservación de la identidad cultural? Este pasaje sugiere que la respuesta puede encontrarse en la valorización de lo que nos conecta con nuestras raíces.

A medida que más personas se interesan por descubrir este pequeño tesoro escondido, el Pasaje Sarmiento ofrece una oportunidad invaluable para reflexionar sobre el pasado, el presente y el futuro de Buenos Aires. En un mundo que parece apresurarse cada vez más, este rincón de calma y belleza nos recuerda que la historia y la cultura son los pilares que sostienen nuestras ciudades y nuestras vidas.

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