El peronismo suma a barones del conurbano y a la preferida de Cristina Kirchner a las listas para la Provincia
Por María Gómez · 21 Jul 2025 – 01:31 PM -03 Ver perfil
© MCT – 2025 | © 2025 InfoNow Noticias
La reconfiguración del mapa político en la Provincia de Buenos Aires
La dinámica política argentina atraviesa una nueva fase con la reciente inclusión de figuras clave en las listas electorales del peronismo. En el centro de este torbellino se encuentra la intendenta de Quilmes, Mayra Mendoza, quien se suma como candidata a diputada provincial por la Tercera Sección electoral, en una movida que busca fortalecer la representación kirchnerista ante la amenaza del kicillofismo. Este cambio no solo implica una estrategia electoral, sino también una profunda lucha por el poder y la influencia en una de las provincias más importantes del país.
La figura de Mayra Mendoza en el tablero político
Mayra Mendoza ha sido una figura controvertida en el peronismo. Desde su llegada a la intendencia de Quilmes, ha sabido capitalizar el apoyo popular, pero sus vínculos con el kirchnerismo la han convertido en un blanco de resistencia por parte de sectores alineados con Axel Kicillof. Su incorporación a la lista es una respuesta directa a los reveses judiciales que azotan al kirchnerismo, especialmente después de la condena a Cristina Fernández el 14 de junio pasado.
El liderazgo de La Cámpora, bajo la dirección de Máximo Kirchner, está decidido a consolidar su poder en la provincia. La elección de Mendoza como candidata en el tercer lugar, detrás de la vicegobernadora Verónica Magario y del candidato a diputado Facundo Tignanelli, refleja un intento por equilibrar las fuerzas dentro de la coalición. A pesar de su resistencia inicial, la decisión de incluir a Mendoza podría ser vista como un movimiento estratégico para unir a los diferentes sectores del peronismo ante la inminente elección.
El equilibrio de fuerzas y la llegada de Mariano Cascallares
Un elemento relevante en esta reconfiguración es la inclusión casi confirmada de Mariano Cascallares, intendente de Almirante Brown, en el cuarto lugar de la lista. Este movimiento es crucial, ya que representa un intento de reconciliación entre los sectores del peronismo que han estado en conflicto. La llegada de Cascallares, un referente de la corriente kicillofista, alinea a su vez a su base de apoyo con las decisiones que toma el kirchnerismo, lo que podría generar un efecto positivo en la cohesión del partido.
El desafío será si esta jugada estratégica logrará aglutinar un electorado que parece fragmentado, en especial en el contexto de las próximas elecciones. La incertidumbre sobre la capacidad de atraer a votantes más allá de sus bases tradicionales es palpable, y la presión sobre estas figuras clave será intensa a medida que se acerque la fecha de los comicios.
El contexto: una interna feroz y las sombras de la justicia
La elección de candidatos no ha estado exenta de controversias. La detención de Eva Mieri, vinculada a Mendoza, ha puesto en tela de juicio la capacidad de la intendenta para mantenerse a flote en un entorno tan hostil. Este hecho no solo afecta su imagen, sino que también abre un abanico de críticas sobre la efectividad del liderazgo kirchnerista en momentos de crisis. A medida que avanza la campaña, la capacidad de Mendoza para sortear estos escollos será vigilada de cerca por sus adversarios y aliados por igual.
La condena a Cristina Fernández ha dejado un vacío en la estructura de poder del kirchnerismo, y la urgencia por encontrar un reemplazo que no solo mantenga el legado, sino que también pueda ganar en las urnas, es una presión constante. En este sentido, la elección de Mendoza como figura “natural” para asumir esta tarea no ha estado exenta de tensiones internas, exacerbadas por la rivalidad con otros intendentes que se alinean con Kicillof.
La mirada hacia el futuro electoral
Con la conformación de las listas cerrándose y un clima de inestabilidad política, el peronismo se enfrenta a un desafío monumental. Las decisiones tomadas en las próximas horas tendrán un impacto significativo no solo en la Tercera Sección, sino en el rumbo de la política provincial y nacional. La capacidad de Mendoza y sus aliados para conectar con el electorado, transitar las críticas y fortalecer su narrativa será clave para el desempeño del partido en las elecciones.
El peronismo, once nuevamente en una encrucijada, debe demostrar su capacidad de adaptación y cohesión ante un panorama marcado por la incertidumbre y la fragmentación social. En este contexto, la figura de Mayra Mendoza se erige como símbolo de una lucha por el poder interno, pero también como un reflejo de las tensiones que caracterizan a un movimiento en constante evolución.