“El sentido común, el más común de los sentidos”

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Reflexiones sobre la falta de entendimiento en la gestión pública

La política de nuestro país parece estar atrapada en un ciclo interminable de confrontación. Con asombro leí en Clarín que altos funcionarios de nuestro país, en vez de conseguir que la grieta se cierre, aumentan su dimensión. Es un momento crucial para la gestión pública, donde la eficacia debe ir de la mano de la conciliación, donde la inteligencia no solo debe ser técnica, sino también emocional y social.

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La necesidad de líderes conciliadores

Un alto dirigente debe, además de ser eficaz, mostrar que no solo conoce cómo gestionar una empresa, sino que en todo momento se muestra conciliador. La política no es solo una cuestión de números y estrategias; es también un arte que requiere del manejo de las emociones y del entendimiento de las necesidades de la comunidad. La verdadera capacidad de liderazgo radica en apaciguar los momentos difíciles y generar un ambiente propicio para el diálogo y la colaboración.

Además de esto, deben tener una sensibilidad especial para asistir a los más necesitados. ¿O acaso se ha solucionado la pobreza en nuestro país? Basta caminar no solo en Buenos Aires para ver gente que duerme en la calle. Cada vez hay más personas en esta situación, viviendo humildemente, sintiendo que no son escuchadas ni ayudadas a salir de su precariedad. Sin la solidaridad de la comunidad, la situación de estos ciudadanos sería aún más desoladora.

La educación como base de la civilidad

La educación que no se obtiene en ninguna universidad, y que se debería enseñar como materia indispensable, se adquiere en el hogar, con ejemplos claros. La urbanidad, esa parte de cada uno que debe aplicarse y enseñarse desde pequeños, es fundamental. Enseñar a ayudar a otro, acompañar a cruzar una calle, respetar al prójimo y demostrar buena educación debería ser prioridad en nuestra sociedad.

  • Ayudar a otros en necesidad no solo es un acto de bondad, sino también un signo de fortaleza.
  • El respeto al prójimo es la base de cualquier civilización que aspire a ser justa y equitativa.

No solo el gesto amplía y completa el conocimiento, sino que aumenta el valor de una persona. Ser educado vale más que un título universitario. En nuestro mundo, el conocimiento técnico es importante, pero la humanidad que mostramos a través de nuestras acciones es lo que realmente define quiénes somos.

El conocimiento como herramienta de cambio

Los libros enseñan mucho. Internet también. La disponibilidad de información en la era digital nos ofrece una oportunidad sin precedentes para aprender y crecer. Sin embargo, es crucial que nos guiemos por esta información de manera ética y consciente. Solo así podremos contribuir a un entorno más solidario y comprensivo.

  • La lectura de libros sobre empatía y liderazgo puede ser transformadora.
  • Las plataformas digitales pueden tanto informar como desinformar; usamos esta herramienta con responsabilidad.

En este sentido, la educación y el conocimiento no son solo herramientas para el éxito personal, sino también para construir una sociedad más equitativa y justa. Cada pequeño gesto cuenta, y cada palabra puede influir en el cambio social que tanto anhelamos.

Un llamado a la empatía y la acción

La situación actual demanda un compromiso colectivo y una reflexión profunda sobre nuestras acciones diarias. La grieta que se amplía en la política refleja una falta de entendimiento que debemos superar. La responsabilidad recae tanto en los líderes como en los ciudadanos, en nuestra capacidad para escuchar y entender al otro, para construir puentes en lugar de muros.

El sentido común, que debería ser nuestro aliado, muchas veces se ve eclipsado por intereses personales o ideológicos. Es hora de recordar que el diálogo y la comprensión son fundamentales. Solo a través de la empatía y la acción colectiva podremos aspirar a un futuro donde la paz y la solidaridad sean la norma, y no la excepción.

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