Estupidizados con los derechos de exportación

0

Por Ana Martínez · 24 Jun 2025 – 06:28 AM -03 Ver perfil

La paradoja argentina: un país con potencial exportador atrapado por sus propias restricciones En medio de una economía ... Descubre más sobre internacional,...

Imagen: Gamma-Rapho | Archivo | © 2025 InfoNow Noticias

La paradoja argentina: un país con potencial exportador atrapado por sus propias restricciones

En medio de una economía tambaleante y políticas que parecen obstaculizar el progreso, la Argentina se enfrenta a un dilema crucial. La falta de una actitud decididamente exportadora, que permita maximizar su potencial agrario, afecta no solo la economía del país, sino también la calidad de vida de sus ciudadanos. Este fenómeno, que parece ir en contra del sentido común, tiene como principal actor a un marco regulatorio que, en lugar de fomentar la producción, la constriñe.

Un legado de restricciones y políticas fallidas

Desde hace décadas, la Argentina ha vivido bajo la premisa de que la industrialización debe ser el pilar del crecimiento económico. Sin embargo, esta idea ha desencadenado políticas que marginan las ventajas comparativas del sector agropecuario. Juan J. Llach señala que “los impuestos a las exportaciones en los que sí detentamos el primer rango mundial” son un ejemplo paradigmático de cómo se ha desincentivado la producción. A pesar de la capacidad de ser una potencia agrícola, el país se ha mantenido a la zaga.

Las políticas asistencialistas, lejos de fortalecer el sector, han contribuido a una economía dependiente. En este sentido, el dilema argentino se puede resumir en la siguiente disyuntiva: ¿debemos seguir priorizando una industrialización que ignora nuestras fortalezas o sería más beneficioso abrazar un modelo basado en la especialización internacional?

El agro como motor de desarrollo económico

La actividad agropecuaria no solo es un sector económico; es el corazón de una vasta cadena de producción que se extiende hacia la industria y el consumo. En este contexto, diversificar y mejorar la productividad en el agro puede detonar un efecto dominó de crecimiento. La producción agrícola tiene la capacidad de desatar industrias de clase mundial, desde la transformación de alimentos hasta la biotecnología.

  • 42% de las exportaciones argentinas provienen del sector agropecuario.
  • 25% de la población rural está involucrada en actividades agropecuarias.
  • 80% de las pymes en el sector agroindustrial son potenciales exportadoras.

La clave está en la productividad. Una mayor eficiencia en el uso de recursos puede no solo mejorar los márgenes de ganancia, sino también abrir las puertas a mercados internacionales. Los eslabones de la agroindustria requieren un enfoque integral que impulse la innovación y haga frente a las restricciones existentes.

Desafíos del contexto internacional y local

La economía global actual presenta tanto desafíos como oportunidades. La guerra en Ucrania ha alterado los flujos de grano, creando un vacío que la Argentina podría llenar si tuviese políticas adecuadas. Sin embargo, las incertidumbres políticas internas —como la volatilidad cambiaria y los constantes cambios en la legislación— complican la situación. La reciente declaración de Javier Milei sobre la importancia de un esquema más liberador para la economía, aunque controversial, señala una posible dirección hacia la que el país podría dirigirse.

A escala internacional, la competencia es feroz. La Argentina necesita presentar una oferta sólida y confiable para atraer inversores y compradores en el extranjero. El subsidio a las exportaciones y la eliminación de derechos de exportación son medidas que podrían ser discutidas para revitalizar el sector y hacerlo competitivo a nivel global.

La necesidad de un cambio de mentalidad

Más allá de las políticas, el cambio debe venir desde una transformación cultural que valore la producción y la exportación como motores de desarrollo. La Argentina no puede permitirse seguir estancada en un modelo que prioriza la industrialización a costa de sus recursos naturales. La transformación debe ser radical y debe empezar por reconocer el valor de lo que el país ya tiene. La educación y la innovación en el sector agropecuario son fundamentales para alcanzar ese objetivo.

Es hora de que Argentina asuma, de una vez por todas, su rol en el mundo como un país que puede ser un líder en producción agroalimentaria. Sin embargo, esto solo será posible si se destierran las creencias erróneas que han mantenido al país a la sombra de su verdadero potencial exportador.

Autor

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *