Intoxicación por monóxido de carbono o gas propano: cómo detectarla a tiempo y qué hacer en una emergencia
Por María Gómez · 01 Jul 2025 – 07:31 PM -03 Ver perfil
Crédito: EPA – Imagen exclusiva | © 2025 InfoNow Noticias
La amenaza silenciosa del gas: entender sus riesgos y actuar con rapidez
El invierno argentino, con sus bajas temperaturas, invita a las familias a refugiarse en la calidez de sus hogares, donde los artefactos a gas se convierten en protagonistas de la cotidianeidad. Sin embargo, el uso intensivo de estos dispositivos puede conllevar riesgos significativos, como la intoxicación por sustancias como el gas propano y el monóxido de carbono, que son invisibles pero sumamente peligrosas. La responsabilidad recae en cada individuo y en las instituciones de salud para educar y prevenir incidentes que pueden ser fatales.
Características del gas propano y sus efectos
El gas propano, un compuesto que se utiliza ampliamente en hogares a lo largo y ancho de Argentina, es un recurso crucial para calefacción y cocción, especialmente en áreas rurales donde no se dispone de gas natural. Sin embargo, su naturaleza incoloro e inodoro lo convierte en un adversario sigiloso. En espacios cerrados o mal ventilados, la inhalación puede desplazar el oxígeno, llevando a condiciones de hipoxia que alteran la función cerebral y pueden provocar daños severos en órganos vitales.
Es vital destacar que, además de los riesgos de inhalación, el contacto con el propano en estado líquido puede causar lesiones cutáneas severas. La exposición directa produce quemaduras similares a las provocadas por el frío extremo, lo que supone otra línea de peligro que no se debe subestimar.
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Reconociendo los síntomas de intoxicación
Los síntomas derivados de la exposición al propano y al monóxido de carbono pueden ser variados y suelen confundirse. Es esencial aprender a identificarlos temprano. De acuerdo con Medline Plus, los signos de intoxicación pueden incluir:
- Dolores de cabeza persistentes.
- Confusión o desorientación.
- Náuseas y vómitos.
- Dificultad para respirar.
La presentación de estos síntomas debe ser considerada como una señal de alerta. Existen riesgos inminentes que podrían llevar a una situación crítica. Las familias deben estar especialmente vigilantes, sobre todo durante estas semanas frías donde el uso de calefactores y estufas aumenta considerablemente.
Actuando en caso de emergencia
La rapidez de reacción es crucial cuando se sospecha de intoxicación. Al notar alguno de los síntomas mencionados, se deben seguir ciertos pasos para minimizar los riesgos. En primer lugar, hay que abrir las ventanas y puertas para permitir la ventilación del espacio. A continuación, se debe retirar a las personas afectadas del área contaminada. Llamar a emergencias es el siguiente paso, no solo para recibir atención médica, sino también para realizar un chequeo del ambiente, asegurando que no haya una fuga de gas o monóxido de carbono.
En el caso de que se reconozca una fuga en un artefacto, es crucial cerrar la válvula y no encender ninguna chispa o fuego. Los servicios de emergencia deben ser contactados para evaluar la situación y garantizar la seguridad del hogar. La prevención y la educación son las mejores herramientas para hacer frente a estas situaciones. Las instituciones deben trabajar en conjunto con las comunidades para proporcionar información clara y accesible sobre cómo identificar y manejar estas emergencias.
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Prevención: un compromiso compartido
La educación sobre el uso seguro de dispositivos a gas debe ser una prioridad para todas las familias. Se recomienda realizar revisiones periódicas de los sistemas de calefacción y cocción, así como la instalación de detectores de monóxido de carbono en hogares y espacios cerrados. Además, las autoridades locales pueden organizar campañas de concientización durante el invierno para informar sobre la importancia de la ventilación y el correcto uso de estos artefactos.
En conclusión, la protección de nuestros seres queridos contra las amenazas invisibles que el invierno trae consigo requiere de una preparación y un compromiso colectivo. El conocimiento es poder y puede ser la diferencia entre una tragedia evitable y un hogar seguro. La comunidad, las instituciones y cada individuo deben unirse en esta causa vital, garantizando que el calor del hogar nunca venga acompañado de riesgos ocultos.