Iraq’s Jewish community saves a long-forgotten shrine

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Renacimiento de un legado olvidado en Bagdad

En el corazón de Bagdad, un esfuerzo por restaurar un antiguo santuario está buscando revivir la memoria de una comunidad que una vez fue vibrante. La restauración de la tumba del Rabbi Isaac Gaon se presenta no solo como un acto de preservación histórica, sino como un símbolo de esperanza para la comunidad judía de Irak, que ha enfrentado un prolongado período de declive. Este proyecto, impulsado por el compromiso de sus miembros, refleja la resiliencia de una identidad que ha sobrevivido a través de los siglos.

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El estado del santuario y su transformación

La tumba de Rabbi Isaac Gaon estaba en un estado de abandono extremo, rodeada de escombros y desechos. Según Khalida Elyahu, de 62 años y líder de la comunidad judía en Irak, “era un basurero y no se nos permitía restaurarlo”. Este comentario encapsula la penosa historia de la presencia judía en el país, que alguna vez fue una de las más prominentes de la región, ahora reducida a unas pocas decenas de miembros.

La intervención actual ha transformado el lugar. Los trabajadores han cubierto la tumba con azulejos de mármol, y en su centro se erige una gran lápida con una inscripción que incluye el nombre del rabino y el año de su muerte, 688. Este nuevo enfoque ha motivado a la comunidad a seguir adelante, pues la restauración ha sido financiada en su totalidad por ella, con un costo estimado de $150,000.

Impacto sobre la comunidad y el futuro

La restauración del santuario no solo representa la preservación de un sitio sagrado, sino que también se considera un “renacimiento para nuestra comunidad, tanto dentro como fuera de Irak”, como afirma Elyahu. Este proyecto ha atraído la atención y el apoyo de funcionarios iraquíes, quienes han mostrado interés en restaurar otros sitios que también han caído en el olvido.

La comunidad judía de Bagdad ahora cuenta con solo una sinagoga en funcionamiento y carece de rabinos, lo que subraya la fragilidad de su existencia. Sin embargo, la reciente iniciativa de restauración está creando un nuevo sentido de pertenencia y esperanza. Como observa Elyahu, “en el fondo, esto es un esfuerzo por mantener viva nuestra herencia, por honrar a aquellos que nos precedieron”.

La figura del Rabbi Isaac es una parte fundamental de esta historia. Aunque hay poca información disponible sobre su vida, su tumba ahora se erige como un monumento a la resiliencia cultural. La comunidad espera que su historia inspire a otros a involucrarse y contribuir a una revitalización más amplia de su legado.

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