IVA: ARCA elevó a $10 millones el umbral para identificar a consumidores finales

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Una nueva era en la identificación de consumidores finales en el régimen de percepción del IVA

En el marco de un sistema fiscal en constante evolución, la Agencia de Recaudación y Control Aduanero (ARCA) ha implementado una modificación significativa que afecta a diversos sectores económicos. La reciente Resolución General 5710/2025, publicada este lunes, establece un nuevo umbral de $10 millones para que los supermercados, hipermercados, minimercados y mayoristas deban identificar a los consumidores finales. Esta decisión, enmarcada en un contexto de transformación económica, promete tener repercusiones en la forma en que se gestionan las transacciones comerciales.

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Implicaciones para el sector minorista

La elevación del umbral a $10 millones representa un alivio para muchos comerciantes, quienes anteriormente se veían obligados a identificar a sus compradores en un escenario más restrictivo. Este cambio busca simplificar el proceso y reducir la carga administrativa en un entorno de alta inflación y presión fiscal. Entre las ventajas más destacadas encontramos:

  • Reducción de costos administrativos: Menor cantidad de información a gestionar puede traducirse en una disminución de costos operativos.
  • Simplificación del proceso de ventas: Facilita un flujo más ágil en las transacciones sin comprometer el control fiscal.

Sin embargo, es fundamental considerar que esta medida podría desincentivar la formalización de pequeñas y medianas empresas, que habitualmente operan con montos inferiores a este nuevo umbral, pero que aún requieren de un marco regulatorio claro y accesible.

Impacto en la recaudación fiscal y en el consumidor

Desde el punto de vista fiscal, la decisión de ARCA puede generar una serie de reacciones. Por un lado, si bien la medida podría llevar a una disminución temporal en la recaudación del IVA, también es plausible que se fomente un ambiente comercial más dinámico. Los puntos a considerar incluyen:

  • Un posible aumento en la actividad económica: Al reducir la carga burocrática, podría aumentar el volumen de ventas en el sector minorista.
  • Un equilibrio delicado: La administración tributaria deberá asegurarse de que esta flexibilidad no derive en una evasión fiscal, lo que podría perjudicar la sostenibilidad de los ingresos del Estado.

En este sentido, el verdadero desafío radica en encontrar un balance entre incentivar el comercio y garantizar el cumplimiento fiscal. La implementación efectiva de esta resolución dependerá de un seguimiento riguroso y de políticas complementarias que apoyen tanto a empresarios como a consumidores en esta nueva etapa del sistema tributario. La vigilancia constante será clave para asegurar que estos cambios sirvan a los intereses de la economía en su conjunto.

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