La era de la desglobalización
Por María Gómez · 22 Jul 2025 – 06:51 PM -03 Ver perfil
Crédito: Associated Press – Imagen exclusiva | © 2025 InfoNow Noticias
Un nuevo panorama económico: el ocaso del liberalismo global
En un mundo que parece girar sobre sus propios ejes, la desglobalización marca un punto de inflexión decisivo. Este fenómeno, impulsado por diversas crisis políticas, sociales y económicas, ha encontrado su catalizador en la pandemia de COVID-19 y en la creciente tensión entre potencias como Estados Unidos y China. Afecta no solo a las grandes economías, sino también a naciones en desarrollo que dependían de la apertura de mercados.
El desmantelamiento de un modelo
El experimento del liberalismo global, que comenzó con los acuerdos de Bretton Woods en 1944, ha ido perdiendo atractivo. A medida que las democracias occidentales enfrentan desafíos internos y externos, la globalización se ha visto sometida a un examen crítico. Uno de los rasgos más distintivos de este modelo fue el incremento de la interdependencia económica. Sin embargo, el aumento de las tensiones geopolíticas ha llevado a los países a replantearse su estrategia.
Las repercusiones son visibles en múltiples frentes:
- Proteccionismo: La implementación de aranceles por parte de Estados Unidos en productos chinos ha generado una respuesta de represalias que afecta tanto a consumidores como a productores.
- Reconfiguración de cadenas de suministro: La búsqueda de mayor autonomía ha llevado a las empresas a reconsiderar sus estrategias logísticas, priorizando la producción local sobre la eficiencia global.
- Desconfianza en instituciones globales: La crítica hacia la Organización Mundial del Comercio (OMC) y otras entidades ha crecido, debilitando su capacidad para mediar en conflictos comerciales.
Impacto en las economías emergentes
Las economías emergentes, que se beneficiaron en gran medida de la apertura de mercados, enfrentan ahora un entorno menos favorable. La reducción de la inversión extranjera directa y la inestabilidad de los mercados internacionales están redefiniendo el panorama económico. Por ejemplo, en Argentina, el regreso del proteccionismo ha llevado a un aumento en los precios de bienes importados, lo que exacerba la inflación ya existente.
Las consecuencias son palpables:
- Desempleo: La contracción de las exportaciones y la reducción de la inversión han llevado a un incremento del desempleo en sectores que dependían del comercio exterior.
- Aumento de la pobreza: La pérdida de ingresos y oportunidades laborales ha sumido a millones en condiciones de vulnerabilidad.
La búsqueda de nuevos paradigmas
A medida que el mundo se adapta a esta nueva realidad, surgen alternativas al modelo de liberalismo que dominó el siglo XX. Inicialmente, la economía circular y el enfoque en la sostenibilidad se perfilan como pilares fundamentales. La idea de que el crecimiento económico no debe comprometer los recursos del planeta gana cada vez más adeptos entre académicos y políticos.
En este contexto, la cooperación regional adquiere relevancia. Iniciativas como el Mercosur en Sudamérica buscan fortalecer la integración económica entre países vecinos, alejándose de la dependencia de potencias externas. Sin embargo, el éxito de estas estrategias depende de la voluntad política y la capacidad de las naciones para trabajar juntas.
Retos y oportunidades a la vista
La desglobalización es un fenómeno complejo que presenta tanto desafíos como oportunidades. Las naciones deberán navegar por un paisaje marcado por la incertidumbre, pero también por la posibilidad de construir un modelo económico más equitativo. La reevaluación de las políticas fiscales, la inversión en innovación y el fortalecimiento de las economías locales serán fundamentales para enfrentar este cambio de paradigma.
En este sentido, el contexto internacional se vuelve crucial. Europa, por ejemplo, se enfrenta a la necesidad urgente de diversificar sus fuentes de energía, lo que puede abrir nuevas avenidas de colaboración con países en desarrollo que poseen recursos naturales.
La era que se avecina nos llama a repensar nuestra interconexión. La historia nos ha enseñado que tras cada crisis surgen oportunidades de innovación y cambio. Sin embargo, como siempre, el futuro dependerá de cómo abordemos el presente.