La larga crisis del orden internacional liberal

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Por María Gómez · 18 Jun 2025 – 07:17 PM -03 Ver perfil

Un análisis crítico de la fragilidad del orden mundial contemporáneo El mundo actual enfrenta un desafío sin precedentes... Descubre más sobre reglas, confli...

Crédito: Picture Alliance – Imagen exclusiva | © 2025 InfoNow Noticias

Un análisis crítico de la fragilidad del orden mundial contemporáneo

El mundo actual enfrenta un desafío sin precedentes en el ámbito de la política internacional, donde el orden establecido tras la Segunda Guerra Mundial parece desmoronarse. Este fenómeno, catalizado por el ascenso de figuras políticas como Donald Trump, impacta no solo a las relaciones entre Estados Unidos y otras naciones, sino que también repercute en el equilibrio global, afectando a países como Argentina y su contexto regional. La ilusión de un orden sólido se va desvaneciendo, revelando las fisuras que siempre han existido.

El término “orden liberal internacional” sugiere un sistema de reglas y principios que favorecen la cooperación entre naciones, promoviendo la paz y el respeto a los derechos humanos. Sin embargo, este categorizar puede resultar engañoso. Desde el inicio de la Guerra Fría, el panorama global estuvo marcado por tensiones constantes. El hecho de que no se produjeran guerras directas entre las superpotencias no significa que no hubiera conflictos devastadores en otras partes del mundo. Por ejemplo, en Vietnam y en las guerras civiles de América Central, las huellas de ese orden eran evidentes, pero distantes.

Es crucial recordar que este “orden” también se construyó sobre bases poco sólidas. Estados Unidos apoyó dictaduras en diversas regiones bajo el paraguas de la lucha contra el comunismo. Chile, Argentina, y otros países latinoamericanos sufrieron las consecuencias de políticas que priorizaban intereses geopolíticos sobre el bienestar de sus pueblos.

La ilusión de un momento unipolar

Con el colapso de la Unión Soviética en 1991, se proclamó el inicio de un “momento unipolar” en el que Estados Unidos se erigió como el actor dominante. Sin embargo, este periodo estuvo marcado por una falta de atención hacia las realidades locales. El predominio de una única superpotencia no se tradujo automáticamente en estabilidad global. En su lugar, se desataron conflictos en los Balcanes, el Medio Oriente, y el surgimiento de nuevas potencias desafió el statu quo.

Si bien el realismo en relaciones internacionales predijo un futuro estable bajo un liderazgo unipolar, la realidad ha demostrado ser mucho más compleja. El ascenso de potencias como China y el resurgimiento de Rusia han cuestionado esta narrativa, generando tensiones que pueden llevar a un nuevo tipo de polarización global.

La desilusión de los valores liberales

A pesar de la retórica sobre democracia y derechos humanos, muchos países en desarrollo han visto cómo estos principios eran relegados a un segundo plano. En América Latina, por ejemplo, el apoyo estadounidense a regímenes autoritarios contradice los ideales liberales proclamados. Las políticas de injerencia han dejado cicatrices profundas y sentimientos de desconfianza hacia la intervención extranjera.

El contexto actual se vuelve aún más relevante en un país como Argentina, donde los ciudadanos han sido testigos de ciclos de crisis económicas y políticas que afectan su calidad de vida y su visión del mundo. En este sentido, los valores liberales son vistos como una promesa incumplida, y el deseo de un cambio genuino se hace sentir con mayor fuerza.

Las nuevas dinámicas del poder global

Hoy, el escenario internacional está en constante cambio. La aparición de nuevos actores en la escena mundial, como India y Brasil, trae consigo dinámicas que desafían el antiguo orden. China ha mostrado que la economía y la política pueden entrelazarse de maneras innovadoras, influyendo en regiones como África y América Latina mediante inversiones y acuerdos comerciales que no siempre pasan por la lente de los derechos humanos.

Sin embargo, la creciente multipolaridad también plantea riesgos. La falta de un marco regulador eficaz puede dar lugar a una mayor competencia y conflictos entre potencias. La reciente escalada de tensiones en Ucrania es un recordatorio de que, a pesar de los avances tecnológicos y los interconectados mercados globales, la paz sigue siendo una construcción frágil.

La narrativa del orden liberal internacional ha estado marcada por contradicciones y límites que han sido ignorados durante mucho tiempo. En este contexto, es necesario avanzar hacia una comprensión más matizada y realista de las relaciones internacionales, donde cada país, incluido Argentina, encuentre su voz y su lugar en un mundo que se transforma constantemente.

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