La llegada del primer submarino argentino: El ‘Santiago del Estero’ (15 de junio)
La llegada del primer submarino argentino: El ‘Santiago del Estero’ (15 de junio)

Un hito en la historia naval argentina
El 15 de junio de 1914, la Argentina vivió un momento trascendental con la botadura del submarino ‘Santiago del Estero’, el primero construido en el país. Este evento marcó un antes y un después en la historia de la navegación y la defensa nacional. La construcción de este submarino representó un avance significativo en la tecnología naval de la época y un importante paso hacia la modernización de las fuerzas armadas argentinas.
Previo a esta fecha, Argentina dependía de la importación de buques de guerra y submarinos de otras naciones, lo que limitaba su autonomía y capacidad de defensa. La decisión de construir el ‘Santiago del Estero’ fue impulsada por la necesidad de fortalecer la industria militar local y reducir la dependencia de factores externos. Este proyecto no solo reflejaba un avance técnico, sino también un simbolismo de soberanía y crecimiento nacional.

La botadura del submarino se llevó a cabo en los astilleros de la Sociedad General de Construcción, ubicada en la provincia de Buenos Aires. En un contexto de efervescencia nacionalista, este evento fue celebrado como una muestra del progreso tecnológico y de la capacidad de Argentina para enfrentar desafíos en el ámbito militar y naval.
Características y especificaciones del ‘Santiago del Estero’
El submarino ‘Santiago del Estero’ fue diseñado con especificaciones que lo diferenciaban de otros submarinos de la época. Con una longitud de 62 metros y un desplazamiento de 600 toneladas, contaba con una estructura de acero que le proporcionaba resistencia y durabilidad. Su propulsión se basaba en motores diésel, lo que le permitía sumergirse y realizar maniobras en el agua de manera eficiente.
Una de las innovaciones más destacadas del ‘Santiago del Estero’ fue su capacidad para operar en diversas condiciones marítimas, lo que lo convertía en un activo valioso para la Armada Argentina. Equipado con torpedos y cañones, se le asignó la función de defensa costera, destacándose por su rol estratégico en la protección de las aguas territoriales argentinas.

El submarino también fue una muestra del ingenio argentino, ya que su construcción se llevó a cabo utilizando tecnologías y conocimientos locales. Esto no solo fortaleció la industria nacional, sino que también fomentó la formación de profesionales en el ámbito naval, sentando las bases para futuros proyectos en el sector militar.
Impacto y legado del ‘Santiago del Estero’
La botadura del ‘Santiago del Estero’ el 15 de junio de 1914 tuvo un impacto inmediato en la percepción del poder naval argentino. Este evento no solo significó un avance en la defensa marítima, sino que también inspiró a futuras generaciones de ingenieros y militares a seguir desarrollando la industria naval del país. A partir de entonces, Argentina comenzó a invertir más en tecnología y en la construcción de buques de guerra, consolidándose como un jugador importante en la región.
El legado del ‘Santiago del Estero’ se extendió más allá de su época de servicio. La experiencia adquirida en su construcción y operación permitió que Argentina se adentrara en el desarrollo de nuevas embarcaciones, llevando a la creación de una flota submarina más robusta en las décadas siguientes. Además, este submarino se convirtió en un símbolo de la autonomía nacional, representando el esfuerzo por construir un país con capacidad de defensa propia.
Hoy en día, el ‘Santiago del Estero’ es recordado no solo como un logro tecnológico, sino también como un hito en la historia de la industria naval argentina. Su llegada marcó el inicio de un camino hacia la modernización militar que continúa hasta nuestros días, influyendo en las políticas de defensa y en el desarrollo de nuevas tecnologías navales. Por lo tanto, cada 15 de junio se conmemora un avance significativo en la historia de Argentina, recordando lo que pasó un 15 de junio y su importancia en el contexto nacional.