La resistencia antimicrobiana obliga a unificar criterios en la salud humana y animal

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Por Ana Martínez · 02 Aug 2025 – 06:29 AM -03 Ver perfil

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Crédito: ITAR-TASS – Imagen exclusiva | © 2025 InfoNow Noticias

Un llamado a la acción: la salud interconectada entre humanos y animales

En un mundo donde las fronteras entre la salud humana y animal se desdibujan, la resistencia antimicrobiana se erige como un fenómeno que demanda atención urgente. La amenaza no proviene solo de un sector, sino que afecta a toda la población, incluidos los seres humanos y los animales de granja. En este contexto, las entidades sanitarias deben tomar decisiones estratégicas para mitigar este desafío que pone en riesgo nuestras vidas y ecosistemas.

La historia de un descubrimiento y sus repercusiones

El viaje hacia la penicilina, liderado por Alexander Fleming en 1928, marcó un hito en la historia de la medicina. Su hallazgo no solo revolucionó el tratamiento de las infecciones, sino que también abrió la puerta a una nueva era de antibióticos. Sin embargo, con el tiempo, el uso indiscriminado de estos medicamentos ha generado una resistencia que se propaga rápidamente entre las bacterias. El propio Fleming, en su discurso al recibir el Premio Nobel en 1945, advirtió sobre este riesgo, señalando que el mal uso podría llevarnos a la era preantibiótica.

Impacto en la salud pública y animal

La resistencia antimicrobiana, lejos de ser un fenómeno aislado, afecta tanto a la salud humana como a la animal. En Argentina, por ejemplo, se ha documentado un aumento del 45% en las infecciones resistentes en pacientes hospitalizados en la última década. Esto repercute negativamente en la producción animal, donde el uso de antibióticos en la cría de animales no solo contribuye a la resistencia, sino que también afecta la seguridad alimentaria.

  • 45% aumento en infecciones resistentes en hospitales.
  • 50% de los antibióticos utilizados en animales no son necesarios.
  • 70% de las bacterias resistentes provienen de la agricultura.

La interconexión entre ambos mundos es innegable. Los microorganismos resistentes que se desarrollan en la agricultura pueden transmitirse a los humanos a través de la cadena alimentaria, exponiendo así a toda la población a riesgos incalculables.

Las estrategias de mitigación y la importancia de la colaboración

La solución a esta crisis no puede ser abordada de manera fragmentada. Requiere un enfoque integrado que contemple la salud de los seres humanos y de los animales. Instituciones como la Organización Mundial de la Salud (OMS) y la Organización Mundial de Sanidad Animal (OIE) han comenzado a implementar programas que promueven la vigilancia y el uso racional de los antimicrobianos. La colaboración entre las entidades de salud pública y veterinaria se torna esencial para frenar la propagación de la resistencia.

Las iniciativas deben incluir:

  • Educación sobre el uso responsable de antibióticos.
  • Implementación de prácticas agronómicas sostenibles.
  • Investigación en nuevos tratamientos y alternativas a los antibióticos.

La clave reside en unirse en la lucha contra esta amenaza, ya que cada acción en favor de la salud animal repercute directamente en la salud pública.

Un futuro incierto y la necesidad de un cambio urgente

Si bien el desafío de la resistencia antimicrobiana es monumental, la historia nos ha enseñado que la innovación y la colaboración pueden marcar la diferencia. Con la llegada del siglo XXI, la ciencia ha avanzado, pero el tiempo se agota. Las proyecciones indican que, si no se toman medidas efectivas, para 2050 podríamos perder hasta 10 millones de vidas anuales a causa de infecciones resistentes. Este escenario catastrófico es un llamado de atención que no podemos ignorar.

El cambio debe comenzar a nivel local, con políticas que favorezcan la regulación del uso de antibióticos en la agricultura y la salud animal, así como la promoción de prácticas de salud pública que prioricen la educación y la prevención. La unión de esfuerzos es la única forma de preservar el legado de descubrimientos como la penicilina y asegurar un futuro donde la salud de todos esté protegida.

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