Las polémicas arbitrales que dejó la fecha 2: otro penal que aprovechó Di María, expulsión a Izquierdoz y la mano que reclamó todo San Lorenzo
Por Carlos López · 22 Jul 2025 – 12:23 PM -03 Ver perfil
Crédito: Associated Press – Imagen exclusiva | © 2025 InfoNow Noticias
Controversias y emociones en el fútbol argentino: la segunda fecha deja huella
La segunda fecha del Torneo Clausura de la Liga Profesional de Fútbol ha sido un verdadero hervidero de emociones y polémicas. Los focos de atención se centraron en Ángel Di María, quien volvió a ser protagonista al convertir un penal decisivo. Sin embargo, no fue el único episodio que encendió los ánimos: la expulsión de Carlos Izquierdoz y la mano que reclamaron los hinchas de San Lorenzo también dieron mucho de qué hablar, mostrando una vez más la fragilidad de la justicia arbitral en el fútbol argentino.
El penal que desató la controversia
El encuentro entre Rosario Central y Lanús dejó un sabor amargo para los locales tras la decisión arbitral que favoreció a la visita. A los 25 minutos del segundo tiempo, el árbitro Andrés Merlos sancionó un penal tras una disputa entre el arquero Nahuel Losada y el jugador Gaspar Duarte. Aunque inicialmente la decisión pareció debatible, la reiteración de imágenes generó opiniones encontradas.
Los jugadores de Lanús, en particular Carlos Izquierdoz, no tardaron en manifestar su descontento, lo que resultó en su expulsión. Este episodio sirvió para avivar un clima de tensión entre los aficionados, quienes no dudaron en vociferar contra la Asociación del Fútbol Argentino y su presidente, Claudio Tapia. La frustración se palpaba en el aire, y no es para menos cuando el arbitraje parece influir en el destino de los equipos de manera tan directa.
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La mano que desafió la paciencia de San Lorenzo
El Estadio Pedro Bidegain, más conocido como el Gasómetro, se llenó de indignación cuando, en el partido entre San Lorenzo y Unión, se reclamó una mano no sancionada que podría haber significado la victoria para los locales. Los aficionados, visiblemente alterados, clamaron por justicia en las gradas, mientras el árbitro Nicolás Lamolina permanecía firme en su decisión de no señalar la infracción.
El desenlace del partido dejó a los hinchas con un sabor agridulce. La desesperación por un resultado favorable se tornó en impotencia ante decisiones que parecen estar más allá del control de los jugadores. Este episodio reavivó antiguos debates sobre el uso del VAR y su implementación en el fútbol argentino, que aún se encuentra en una etapa de aprendizaje y adaptación.
Las quejas de los clubes: más que simples reclamos
La segunda fecha no solo se limitó a los incidentes mencionados. Otros clubes también hicieron sentir su descontento. Belgrano reclamó la expulsión de Maravilla Martínez, argumentando que la acción del jugador rival fue lo suficientemente grave como para merecer una tarjeta roja. Por su parte, Unión se sintió desfavorecido tras el partido en La Bombonera, donde sintieron que se les privó de un resultado que podría haber cambiado su rumbo en el torneo.
- 2 partidos polémicos en la fecha.
- 1 penal convertido por Di María.
- 1 expulsión de Izquierdoz.
Estos episodios no son aislados; son una muestra del clima de tensión y desconfianza que envuelve al fútbol argentino, donde cada decisión arbitral puede cambiar el rumbo de un equipo y la lealtad de sus hinchas. La pasión es innegable, pero la justeza en las decisiones es lo que todos esperamos en un deporte que, al final del día, es un juego.
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Un llamado a la reflexión sobre el arbitraje
En un contexto como el del fútbol argentino, donde la pasión y la competencia se entrelazan, es crucial reflexionar sobre el arbitraje y su influencia en el desarrollo de los encuentros. Más allá de la destreza de los jugadores, la capacidad de los árbitros para tomar decisiones justas y precisas es un pilar fundamental que sostiene la integridad del juego.
La controversia de esta fecha nos recuerda que, aunque el espectáculo es apasionante, la justicia en el deporte debería ser un objetivo compartido por todas las partes involucradas: jugadores, directivos, y, por supuesto, los árbitros. La búsqueda de un fútbol más justo es una responsabilidad que recae no solo en uno, sino en todos.