Los hospitales Garrahan, Bonaparte y Clínicas redujeron la atención de pacientes y aumentaron las renuncias

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La crisis en la atención hospitalaria: un panorama preocupante

La reciente disminución en la atención a pacientes en hospitales emblemáticos como Garrahan, Bonaparte y Clínicas ha generado un alarmante debate en la sociedad. La combinación de una creciente cantidad de renuncias de personal médico y la implementación de nuevos protocolos ha puesto en tela de juicio la calidad del servicio. La situación se agrava particularmente en un contexto donde la salud pública enfrenta desafíos sin precedentes.

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Impacto en la atención médica y la salud pública

Según un informe reciente, las renuncias de personal médico han aumentado en un 30% en Garrahan en comparación con el año anterior, lo que ha llevado a una significativa reducción en la atención de pacientes. Muchos profesionales expresan su frustración ante la imposibilidad de brindar el nivel de cuidado que los pacientes merecen. “No podemos seguir así, la salud de nuestros pacientes está en riesgo”, afirmó un médico que prefirió permanecer en el anonimato.

Además, la situación se complica por la falta de recursos, lo que ha llevado a que muchos pacientes, especialmente aquellos en situaciones críticas, deban esperar más de 72 horas para recibir atención adecuada. La noticia se vuelve aún más preocupante al considerar que alrededor de 200.000 personas dependen de estos hospitales para su atención médica regular.

Una política sanitaria cuestionada

En medio de esta crisis, un reciente plan del municipio ha captado la atención. Se ha puesto en marcha un operativo específico para “detectar” embarazadas y establecer controles que buscan evitar abortos. Este enfoque ha sido criticado por muchos sectores, quienes argumentan que desvían recursos de lo que realmente debería ser la prioridad: la atención médica integral. “Es un uso indebido de los recursos en un momento crítico”, sostiene Fernanda Sández, una reconocida especialista en salud pública.

En este contexto, la comunidad se encuentra dividida. Algunos apoyan el plan bajo la premisa de proteger vidas, mientras que otros alertan sobre los peligros de una política que, en lugar de garantizar la salud universal, segmenta aún más el acceso a servicios básicos. La pregunta que queda es: ¿hasta cuándo se podrá sostener este modelo sanitario sin comprometer la salud de la población?

Operativos para "detectar" mujeres embarazadas y control para evitar que aborten: el plan de un municipio ultra

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