Los Pumas, con otra pálida actuación, volvieron a caer ante Inglaterra que se quedó con la revancha en San Juan
Por Juan Pérez · 12 Jul 2025 – 07:45 PM -03 Ver perfil
Crédito: Bloomberg – Imagen exclusiva | © 2025 InfoNow Noticias
Un nuevo tropiezo que deja más preguntas que respuestas
En un encuentro que prometía ser una revancha emocionante, Los Pumas volvieron a enfrentar a Inglaterra en el Estadio del Bicentenario de San Juan, y el resultado fue una clara señal de que el camino hacia el crecimiento todavía está lleno de obstáculos. La derrota por 22-17 no solo marcó un revés en el marcador, sino que también dejó al equipo argentino y a sus hinchas con la sensación de que algo fundamental está faltando en su desempeño.
Un primer tiempo con destellos de esperanza
La primera parte del partido ofreció algunas luces para el equipo dirigido por Felipe Contepomi. Con un juego estructurado y una defensa sólida, Los Pumas lograron generar espacios y, más importante aún, mostraron signos de cohesión y determinación. Sin embargo, esta imagen optimista se fue desvaneciendo conforme avanzaba el encuentro.
La actuación de George Ford se convirtió en un factor decisivo, al empatar el partido con un penal que sembró dudas en el ánimo del equipo local. A pesar de que los primeros 40 minutos dejaron atisbos de potencial, las limitaciones en el segundo tiempo fueron evidentes. La incapacidad de sostener la presión y generar juego ofensivo dejó a Los Pumas a merced de un rival que, aunque no brilló, supo aprovechar sus oportunidades.
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El segundo tiempo: un colapso defensivo
En la segunda parte, el panorama cambió drásticamente. Pablo Matera vio cómo su esfuerzo se convirtió en un desafío personal tras recibir una tarjeta amarilla por reiteración de faltas. Este momento crítico desestabilizó aún más a un equipo que ya luchaba contra la adversidad.
- Tiempo de posesión: Inglaterra 65% – Los Pumas 35%
- Penales fallados: 2 por parte de Argentina
- Metros ganados por Inglaterra: 320
La incapacidad para salir del campo propio fue alarmante. Inglaterra dominó la posesión y mantuvo a Los Pumas prácticamente encerrados, quienes lograron cruzar la mitad de la cancha en contadas ocasiones. Este escenario evidenció una falta de adaptación y estrategia ante un rival que no solo se mostró sólido, sino que también supo leer las debilidades argentinas.
Un público desilusionado y una localía ausente
A pesar de que el Estadio del Bicentenario se vistió de gala para el encuentro, el apoyo del público fue desilusionante. Con un ambiente que no logró replicar el fervor de otros partidos, la afición mostró su frustración, un reflejo quizás de la incertidumbre que vive el rugby argentino en estos momentos. Cuando la pasión se transforma en desilusión, es difícil encontrar la energía para apoyar incondicionalmente.
La falta de un verdadero “socio” en la tribuna se hizo evidente en los momentos críticos del partido. La audiencia, que en otras ocasiones vibraba con cada jugada de Los Pumas, parecía haberse contagiado con la angustia que emanaba del campo de juego. Así, la localía se desdibujó y los jugadores sintieron el peso de una responsabilidad que en ocasiones se tornó en presión.
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Reflexiones sobre el futuro del rugby argentino
La derrota ante Inglaterra no es solo un marcador en el registro. Es un llamado a la reflexión profunda sobre el futuro del rugby en Argentina. La sensación de que el equipo tiene un potencial sin explotar se enfrenta al crudo realismo de las limitaciones actuales. La necesidad de una estrategia clara y coherente se hace más evidente que nunca.
Los próximos compromisos internacionales permitirán observar si Felipe Contepomi y su cuerpo técnico logran encontrar las respuestas que tanto se requieren. En un deporte donde la cohesión y la mentalidad son claves, el desafío es enorme. Los Pumas deben levantarse y volver a la senda de la victoria, pero para ello, primero deben mirarse en el espejo y hacer un profundo examen de conciencia.