María Julia Oliván contó cómo avanza su recuperación, a un mes del accidente: “Ya fui nueve veces al quirófano”

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Por María Gómez · 14 Jul 2025 – 11:44 AM -03 Ver perfil

La lucha silenciosa de una periodista ante la adversidad En un mundo donde las noticias brillan por su velocidad y espec... Descubre más sobre dureza, proces...

© Agence France-Presse – 2025 | © 2025 InfoNow Noticias

La lucha silenciosa de una periodista ante la adversidad

En un mundo donde las noticias brillan por su velocidad y espectacularidad, el caso de María Julia Oliván destaca como un recordatorio de la fragilidad de la vida. La reconocida periodista, tras sufrir un accidente doméstico que la dejó con quemaduras en el 25% de su cuerpo, ha compartido su proceso de recuperación, que se ha visto marcado por múltiples cirugías y un dolor constante. Esta situación no solo afecta a la propia Oliván, sino que también conmueve a su audiencia y a sus colegas, quienes la siguen con preocupación y admiración.

Un accidente que cambió su vida

El incidente que llevó a María Julia al quirófano ocurrió a mediados de junio, cuando manipulaba una chimenea moderna de etanol en su hogar. Un momento de distracción resultó en un fuego inesperado que dejó secuelas físicas y emocionales. Desde entonces, la periodista ha enfrentado un arduo camino de sanación, contado con un tono que mezcla la resiliencia con la vulnerabilidad.

En su conversación con Clarín, Oliván explicó la naturaleza del dolor que siente. “Esta es una de las pocas cosas que cuando te vas recuperando te duele más y yo no sabía”, reflexionó, brindando un vistazo honesto a la dureza del proceso. Estas palabras resuenan con quienes han atravesado situaciones similares, subrayando una realidad inquietante: la recuperación puede ser incluso más dolorosa que la herida original.

María Julia Oliván habló sobre su actual estado de salud desde el Hospital Alemán. | Foto: Instagram

Crédito: ITAR-TASS – Imagen exclusiva | © 2025 InfoNow Noticias

Un camino marcado por la cirugía

Hasta la fecha, María Julia ha pasado por nueve intervenciones quirúrgicas, un dato que revela la gravedad de sus lesiones. Cada cirugía implica no solo un reto físico, sino también un desafío emocional, ya que cada procedimiento es un recordatorio del dolor y de la lucha. “Mañana voy a que me injerten un pedazo de piel de la pierna, y ahí voy a tener que estar cinco días inmóvil”, comentó, destacando la incertidumbre que acompaña a cada nueva etapa de su recuperación.

  • Nueve intervenciones quirúrgicas hasta ahora.
  • Próximo injerto de piel programado para mañana.
  • Un período de inmovilización de cinco días tras la cirugía.

El proceso de injerto es crucial no solo para su recuperación física, sino también para su salud mental. “Si engancha bien ese pedazo de piel y no se estropea ni nada, una semana o dos semanas más tarde, me tendrán que regresar porque ya se empieza a sentir mucho”, agregó, mostrando una mezcla de esperanza y resignación ante la realidad médica.

Los efectos secundarios de la medicación

El manejo del dolor es otro aspecto crítico en la vida de Oliván en este momento. Su rutina diaria se ve afectada por los calmantes que debe tomar para sobrellevar el intenso malestar. Como ella misma describe: “Estoy muy abombada, me quedo dormida en cualquier lugar, en cualquier momento”. Estos efectos secundarios no son solo un problema físico; también impactan su vida cotidiana, su trabajo y, por ende, su capacidad para interactuar con su entorno.

La necesidad de mantenerse alerta y activa, característica de su trabajo como periodista, choca con la realidad del sedentarismo impuesto por la recuperación. Esta disonancia puede resultar en ansiedad y frustración, emociones que son comunes en aquellos que atraviesan procesos de curación prolongados.

María Julia Oliván con su hijo, Antonio en el Hospital Aléman.

Imagen: SIPA Press | Archivo | © 2025 InfoNow Noticias

El apoyo de la comunidad y el futuro

La respuesta del público y de sus colegas ha sido abrumadora. Muchos expresan su deseo de ver a María Julia de vuelta, no solo en el ámbito profesional, sino también como un símbolo de superación. En un momento donde la empatía y el apoyo comunitario son más cruciales que nunca, su experiencia se convierte en un faro de esperanza para quienes enfrentan dificultades similares.

Con miras al futuro, Oliván se aferra a la idea de que, a pesar de los obstáculos, la vida puede recuperar su curso. La frase “tengo que terminar” resuena como un mantra en medio del dolor, reflejando su determinación por volver a la vida que conocía. Aunque su camino hacia la recuperación está lleno de desafíos, su fortaleza y su espíritu indomable se destacan como testimonio de la capacidad humana para enfrentar la adversidad.

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