Marián Rojas Estapé, psiquiatra, explica por qué a muchas personas les cuesta decir “te quiero”
Por María Gómez · 23 Jun 2025 – 02:07 PM -03 Ver perfil
Crédito: Gamma-Rapho – Imagen exclusiva | © 2025 InfoNow Noticias
El peso de las palabras: la dificultad de expresar el amor en nuestra sociedad
En un mundo cada vez más interconectado, parece paradójico que muchos de los individuos que más sienten amor sean los que menos son capaces de verbalizarlo. La psiquiatra Marián Rojas Estapé ha arrojado luz sobre este fenómeno que afecta a un número significativo de personas, quienes pueden sentirse atrapadas en un laberinto emocional donde la vulnerabilidad resulta abrumadora. Esta condición afecta, en particular, a los vínculos familiares, de pareja y de amistad, creando silencios que pueden ser dolorosos.
El origen del silencio afectivo
La raíz de esta dificultad para expresar el amor puede estar arraigada en las experiencias de la infancia. Muchos individuos crecen en entornos donde se enfatiza la acción sobre la palabra, convencidos de que el amor se demuestra a través de actos y no de frases. Marián Rojas Estapé señala que esta creencia puede ser el resultado de una educación en la que los sentimientos no se verbalizaban, creando un ciclo de silencio que se perpetúa en las relaciones adultas.
Por otro lado, existe el miedo a la vulnerabilidad, un sentimiento que puede surgir de experiencias pasadas donde ser emocionalmente abierto ha conducido a la decepción o al dolor. Este temor se traduce en una reticencia a expresar palabras de afecto, en un intento por protegerse de posibles rechazos. Este fenómeno se manifiesta de diversas maneras:
Foto: Picture Alliance | © 2025 InfoNow Noticias
- La creencia de que las palabras son innecesarias si las acciones son características del amor.
- El temor a ser juzgado o a mostrar debilidad ante seres queridos.
- La costumbre de no verbalizar emociones, asumida como norma en el entorno familiar.
La alexitimia y su impacto en la comunicación emocional
En su análisis, Marián Rojas Estapé introduce el concepto de alexitimia, que se refiere a la incapacidad de identificar y expresar emociones. Las personas que padecen esta condición pueden experimentar una rica vida emocional, pero enfrentan serias dificultades a la hora de comunicar sus sentimientos. Este fenómeno se traduce en síntomas físicos como:
- Dolores de estómago
- Tensión muscular
- Insomnio
- Fatiga persistente
La psiquiatra resalta que, aunque estas personas sienten como cualquier otra, su canal de comunicación emocional está cerrado, lo que implica un sufrimiento interno que a menudo no es visible para quienes los rodean. Este silencio puede llevar a malentendidos y a un enfriamiento en las relaciones interpersonales, ya que los demás pueden interpretar esta falta de expresión como desinterés.
El coste emocional del silencio
El impacto de no expresar el amor puede ser significativo. A menudo, los seres queridos de quienes no verbalizan sus sentimientos pueden sentirse frustrados, confundidos o incluso rechazados. La ausencia de un “te quiero” puede provocar una distancia emocional que, con el tiempo, se convierte en una barrera difícil de derribar. En el caso de los hijos, por ejemplo, la falta de palabras afectivas puede llevar a un sentimiento de insuficiencia o de abandono.
La psiquiatra enfatiza que esta dinámica afecta tanto a los que callan como a quienes esperan el reconocimiento verbal de su afecto. Las emociones no expresadas se convierten en una carga que, con frecuencia, se manifiesta en relaciones disfuncionales y en un aumento de la ansiedad y la depresión. En situaciones extremas, el silencio puede convertirse en un grito de auxilio que no es escuchado.
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Rompiendo el ciclo del silencio
Para aquellos que luchan con la expresión verbal de sus emociones, Marián Rojas Estapé sugiere que la autoconciencia es el primer paso hacia el cambio. Reconocer la dificultad de verbalizar sentimientos es crucial para comenzar a trabajar en ello. La terapia puede ser un espacio seguro para explorar estas emociones y aprender a comunicarlas adecuadamente.
A medida que las personas comienzan a abrirse, se crea un espacio para el diálogo que puede enriquecer las relaciones. Aprender a decir “te quiero” no solo puede fortalecer los lazos afectivos, sino que también puede aliviar la carga emocional que se ha acumulado en el silencio. Por tanto, la invitación de Estapé es clara: hay que desafiar el temor y la resistencia, y dar el paso hacia la vulnerabilidad como un acto de amor hacia uno mismo y hacia los demás.