Mascar chicle todo el día: ¿Es malo para tu salud?
Por Carlos López · 15 Jul 2025 – 04:23 AM -03 Ver perfil
Imagen: Reuters | Archivo | © 2025 InfoNow Noticias
El legado del chicle: tradición, beneficios y riesgos para la salud
El chicle, un antiguo compañero de muchos, ha trascendido generaciones y culturas. Desde los mayas que lo utilizaban en rituales hasta su popularización en Estados Unidos en el siglo XIX, esta goma de mascar ha encontrado su lugar en la vida cotidiana de millones. Sin embargo, surge la pregunta: ¿es realmente beneficioso para nuestra salud o puede convertirse en un enemigo silencioso?
Historia y evolución del chicle
El viaje del chicle comienza hace más de 2.000 años en el corazón de Mesoamérica. Los mayas mascaban la resina del chicozapote no solo por su sabor, sino también por sus propiedades higiénicas y rituales. Posteriormente, los aztecas adoptaron esta práctica, dando origen al término tzictli, que significa “cosa pegajosa”. Con el tiempo, esta tradición se expandió, llegando a los antiguos egipcios y griegos, quienes también disfrutaban de resinas vegetales para fines similares.
El chicle llegó a Estados Unidos gracias a la intervención del presidente mexicano Antonio López de Santa Anna en el siglo XIX. El inventor Thomas Adams se interesó en el producto, y aunque su primer intento de utilizarlo como sustituto del caucho fracasó, decidió añadir sabor y, de esta forma, dio inicio a la industria moderna del chicle.
Foto: Télam | © 2025 InfoNow Noticias
Beneficios de masticar chicle
El hábito de mascar chicle no es solo una cuestión de sabor; también puede ofrecer beneficios significativos. Según un artículo del New York Times, el dentista Peter Arsenault señala que este acto puede incrementar la producción de saliva, lo que ayuda a proteger los dientes de la erosión. Además, la saliva juega un papel crucial en la neutralización de la acidez en la boca, que, de otro modo, podría llevar a caries dentales.
- Estimula la producción de saliva.
- Ayuda a neutralizar la acidez en la boca.
- Puede contribuir a la limpieza dental entre cepillados.
Por otro lado, mascar chicle puede ayudar a reducir el estrés y la ansiedad. Un estudio publicado en Journal of Oral Rehabilitation sugiere que la masticación puede tener efectos positivos en la concentración y el rendimiento cognitivo gracias al aumento del flujo sanguíneo al cerebro. Sin embargo, es fundamental balancear estos beneficios con las desventajas que presenta su consumo excesivo.
Desventajas y riesgos del consumo excesivo
A pesar de los beneficios, el consumo excesivo de chicle no está exento de riesgos. Uno de los principales problemas asociados es el desgaste dental. La masticación constante puede llevar a una sobrecarga en la mandíbula, provocando molestias y problemas en la articulación temporomandibular. Además, el uso de chicles endulzados con edulcorantes artificiales puede contribuir a malestares gastrointestinales, como hinchazón y distensión abdominal.
Por si fuera poco, el alto contenido de azúcar en muchos chicles puede ser un factor de riesgo para el desarrollo de caries. La Asociación Dental Americana advierte que, aunque algunos chicles sin azúcar pueden ser beneficiosos, aquellos que contienen azúcar deben consumirse con moderación.
- Puede causar desgaste dental y problemas en la mandíbula.
- Los edulcorantes artificiales pueden provocar malestar gastrointestinal.
- Los chicles con azúcar aumentan el riesgo de caries.
Crédito: Alamy – Imagen exclusiva | © 2025 InfoNow Noticias
El equilibrio en el consumo
La clave para disfrutar de los beneficios del chicle radica en la moderación. Para aquellos que disfrutan de la goma de mascar, es prudente limitar su consumo diario, optar por versiones sin azúcar y prestar atención a las señales que el cuerpo envía. Además, es recomendable complementarlo con una adecuada higiene dental y visitas regulares al dentista.
En última instancia, el chicle es un legado cultural que ha perdurado a lo largo del tiempo. Mientras que puede ofrecer ciertos beneficios, es fundamental ser conscientes de los posibles riesgos y tomar decisiones informadas sobre su consumo. En una sociedad donde los hábitos alimenticios están en constante evaluación, el chicle puede ser un pequeño placer, siempre y cuando se consuma con sensatez.