Militantes convocaron acampe frente a Tribunales en respaldo a Cristina Kirchner tras la condena judicial
El eco de la resistencia en las calles porteñas
La noche del jueves en Buenos Aires se convirtió en un escenario de fervor y compromiso político. Agrupaciones afiliadas al kirchnerismo se reunieron en un acampe frente al Palacio de Tribunales para manifestar su apoyo a Cristina Fernández de Kirchner, tras la reciente condena emitida por la justicia. Este acto no solo refleja la lealtad de los militantes, sino también un profundo descontento hacia el sistema judicial que, según ellos, actúa con parcialidad.
Voces de protesta y solidaridad
El acampe, que se desarrolló en un ambiente de tensión y expectativa, reunió a miles de seguidores de la exmandataria. Durante la jornada, se escucharon discursos que apelaban a la unidad y la resistencia, reafirmando la convicción de que la condena es parte de una persecución política. Fernando “Chino” Navarro, uno de los referentes presentes, declaró: “No vamos a permitir que se use la justicia como un arma de fuego contra nuestros líderes.”
Los manifestantes, muchos de ellos provenientes de distintos puntos del país, también utilizaron el espacio para realizar asambleas y compartir testimonios personales sobre cómo la figura de Cristina ha influido en sus vidas. Esta unión de relatos individuales pintó un cuadro de la importancia que tiene la política en el tejido social de Argentina.
Reacciones y repercusiones en el ámbito político
El respaldo a la figura de Cristina Fernández de Kirchner ha encontrado eco en diversos sectores políticos. Referentes de distintas agrupaciones han expresado su apoyo, señalando que la condena no solo afecta a la ex presidenta, sino que también representa un ataque a la democracia.Maximiliano Ferraro, líder de un partido opositor, en una declaración reciente dijo: “La polarización no debe llevarnos a perder de vista los principios democráticos que nos rigen”.
Sin embargo, el acampe también ha suscitado críticas. Algunos analistas advierten que esta movilización podría intensificar las divisiones en un país que ya se encuentra fragmentado. La justicia, en este contexto, se convierte en un campo de batalla donde cada lado busca legitimarse ante sus seguidores.
