Motosierra: el Gobierno oficializó la disolución de dos fondos fiduciarios destinados a vivienda y ciencia

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Un adiós doloroso: el impacto de la eliminación de fondos destinados a la vivienda y la ciencia

La reciente decisión del Gobierno de disolver el Fondo de Integración Socio Urbana (FISU) y el Fondo Fiduciario para la Promoción Científica y Tecnológica (FONDOTEC) marca un hito en la gestión de recursos públicos en Argentina. Esta medida, que se inscribe en un contexto de emergencia pública, no solo afecta a miles de familias que anhelan un hogar digno, sino que también plantea interrogantes sobre el futuro de la investigación científica en el país. Con el telón de fondo de auditorías que revelaron graves fallas administrativas, este acto gubernamental resuena con fuerza en un ámbito donde la certeza se ha vuelto un lujo.

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Un legado afectado: el impacto en el acceso a la vivienda

Al disolverse el FISU, el Gobierno deja en un limbo a innumerables proyectos que buscaban facilitar el acceso a vivienda digna para sectores vulnerables. Este fondo había sido concebido como un pilar para la integración social, y su desaparición representa un retroceso significativo en la lucha contra la desigualdad. La casa propia no es solo un sueño, es una necesidad básica y un derecho humano que se ve amenazado por decisiones que parecen priorizar el recorte de gastos sobre el bienestar social.

En su momento, el FISU había logrado financiar múltiples iniciativas que permitieron a familias de escasos recursos acceder a vivienda a través de subsidios y créditos accesibles. Al eliminarlo, el Gobierno ignora la realidad de quienes luchan día a día por un lugar al que llamar hogar. Esta decisión provoca un eco de desamparo en un país donde la crisis habitacional se agudiza, dejando a muchos en la incertidumbre.

Ciencia y tecnología en la cuerda floja: el costo de la desconfianza

Por otro lado, la disolución del FONDOTEC es un duro golpe para el ámbito científico, donde la inversión estatal es crucial para el desarrollo de tecnologías y la innovación. Este fondo había sido un baluarte en la promoción de la investigación, y su eliminación refleja una falta de compromiso con el futuro del país. Al eliminar los recursos destinados a la ciencia, se corre el riesgo de condenar a la Argentina a un estancamiento en un mundo cada vez más competitivo.

Las auditorías realizadas por la Sindicatura General de la Nación (SIGEN) revelaron fallas que, aunque preocupantes, no justifican un recorte tan drástico. En lugar de buscar soluciones que optimicen el uso de recursos, se opta por un camino que parece simplista y, a la vez, devastador. Es imperativo que se generen mecanismos que permitan una gestión más transparente y eficiente, pero no a expensas de sectores vitales como la vivienda y la ciencia.

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