Motosierra: el Gobierno oficializó la disolución de dos fondos fiduciarios destinados a vivienda y ciencia
Un adiós doloroso: el impacto de la eliminación de fondos destinados a la vivienda y la ciencia
Un legado afectado: el impacto en el acceso a la vivienda
Al disolverse el FISU, el Gobierno deja en un limbo a innumerables proyectos que buscaban facilitar el acceso a vivienda digna para sectores vulnerables. Este fondo había sido concebido como un pilar para la integración social, y su desaparición representa un retroceso significativo en la lucha contra la desigualdad. La casa propia no es solo un sueño, es una necesidad básica y un derecho humano que se ve amenazado por decisiones que parecen priorizar el recorte de gastos sobre el bienestar social.
En su momento, el FISU había logrado financiar múltiples iniciativas que permitieron a familias de escasos recursos acceder a vivienda a través de subsidios y créditos accesibles. Al eliminarlo, el Gobierno ignora la realidad de quienes luchan día a día por un lugar al que llamar hogar. Esta decisión provoca un eco de desamparo en un país donde la crisis habitacional se agudiza, dejando a muchos en la incertidumbre.
Ciencia y tecnología en la cuerda floja: el costo de la desconfianza
Por otro lado, la disolución del FONDOTEC es un duro golpe para el ámbito científico, donde la inversión estatal es crucial para el desarrollo de tecnologías y la innovación. Este fondo había sido un baluarte en la promoción de la investigación, y su eliminación refleja una falta de compromiso con el futuro del país. Al eliminar los recursos destinados a la ciencia, se corre el riesgo de condenar a la Argentina a un estancamiento en un mundo cada vez más competitivo.
Las auditorías realizadas por la Sindicatura General de la Nación (SIGEN) revelaron fallas que, aunque preocupantes, no justifican un recorte tan drástico. En lugar de buscar soluciones que optimicen el uso de recursos, se opta por un camino que parece simplista y, a la vez, devastador. Es imperativo que se generen mecanismos que permitan una gestión más transparente y eficiente, pero no a expensas de sectores vitales como la vivienda y la ciencia.