Netanyahu felicitó a Trump tras el ataque a Irán: “Primero viene la fuerza y después la paz”
Por María Gómez · 22 Jun 2025 – 12:09 AM -03 Ver perfil
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Un nuevo capítulo en la política exterior: el impacto del ataque en Irán
La reciente decisión del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, de lanzar un ataque contra instalaciones nucleares en Irán ha provocado un revuelo en el escenario internacional. El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, fue uno de los primeros líderes en felicitar a Trump, destacando la importancia de la acción y su potencial repercusión en la paz en Medio Oriente. Este evento no solo recalca la relación entre ambos líderes, sino que también plantea interrogantes sobre las futuras dinámicas de poder en una región ya volátil.
La percepción de fuerza como camino a la paz
En su mensaje de agradecimiento, Netanyahu enfatizó la frase que ha sido un mantra en su discurso político: “Primero viene la fuerza, y después la paz”. Esta declaración resuena en un contexto donde la seguridad de Israel está constantemente amenazada por las ambiciones nucleares de Irán. En su discurso, Netanyahu argumentó que la decisión de Trump cambiaría el rumbo de la historia, sugiriendo que el uso de la fuerza es un prerrequisito para la estabilidad.
Este enfoque se basa en la creencia de que la disuasión militar es esencial para la paz. A lo largo de las últimas décadas, Israel ha adoptado una postura similar frente a sus adversarios, señalando que solo a través de una respuesta contundente se puede lograr un entendimiento duradero. Netanyahu no solo celebró el ataque, sino que también insinuó que este podría ser un catalizador para un futuro más próspero en la región.
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Reacciones internacionales y su repercusión
La respuesta al ataque ha sido diversa, con líderes de diferentes partes del mundo manifestando sus posturas. Por un lado, aliados tradicionales de Estados Unidos han expresado su apoyo a la decisión de Trump, mientras que otros, incluidos países europeos, han mostrado preocupación. La decisión de atacar las instalaciones nucleares puede ser vista como un acto de provocación, que podría desestabilizar aún más la región.
- Francia: Llama a la moderación y al diálogo.
- Rusia: Condena el ataque y ofrece apoyo a Irán.
- Arabia Saudita: Manifiesta su apoyo a la acción estadounidense.
El temor es que el ataque genere un aumento en las tensiones y un posible conflicto armado. Irán, por su parte, ha prometido responder a lo que considera una agresión, lo que genera un ambiente de incertidumbre en la región. La comunidad internacional se enfrenta al complejo dilema de equilibrar la seguridad con la diplomacia.
La historia y el futuro de Medio Oriente en juego
Netanyahu también hizo referencia a la posibilidad de que este ataque marque un “pivote en la historia”. En un contexto donde los procesos de paz han sido inestables, cualquier acción militar podría cambiar las dinámicas de negociación en curso. El primer ministro israelí argumenta que, al debilitar a Irán, se abre un camino hacia la cooperación entre países árabes e Israel.
Sin embargo, es imprescindible considerar los riesgos asociados. La historia reciente de la región está llena de episodios donde la fuerza militar no ha logrado garantizar la paz. El conflicto en Siria y la prolongada disputa entre israelíes y palestinos son ejemplos claros de cómo la violencia puede perpetuar el ciclo de hostilidad.
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El papel de Estados Unidos en la política global
La decisión de Trump también plantea preguntas sobre el papel de Estados Unidos en la política mundial. Con un enfoque que privilegia la acción militar sobre la diplomacia, la administración actual está redefiniendo lo que significa ser un líder global. Esta postura ha generado tanto apoyo como críticas en el ámbito interno y externo.
Los detractores advierten que una política exterior centrada en la fuerza puede llevar a consecuencias imprevistas y a un mayor aislamiento de Estados Unidos. De hecho, las decisiones unilaterales, como el ataque a Irán, podrían socavar alianzas históricas y comprometer la imagen de Estados Unidos como un mediador de paz en la región.
Mientras tanto, la administración de Trump se enfrenta a un entorno complejo, donde cada acción puede desatar una reacción en cadena. Se espera que la comunidad internacional observe de cerca cómo se desarrollan los acontecimientos en las próximas semanas y meses.
