Oscar Agost Carreño: “Si el PRO es furgón de cola de Milei vamos a perder dirigentes”
La encrucijada del PRO: Identidad y futuro ante la polarización
La reciente derrota de Silvia Lospennato en las elecciones porteñas ha desatado un torbellino de reflexiones y declaraciones en el seno del PRO. En este contexto, el diputado Oscar Agost Carreño ha expresado su preocupación por el futuro del partido, al considerar que aliarse con La Libertad Avanza podría significar un retroceso en la construcción de un espacio político sólido y federal. Con un trasfondo de crisis de identidad en el partido, Carreño plantea la necesidad de reorientar el rumbo hacia un modelo que contemple la diversidad y la inclusión de las voces en todas las provincias.
El PRO y su crisis de identidad
En la conversación con Alejandro Gomel, Carreño subrayó que la crisis que enfrenta el PRO no es meramente un problema local, sino que se ha transformado en un fenómeno que abarca a todo el país. La dificultad para desprenderse de su origen en la Capital Federal ha llevado a una estructura verticalista que no se adapta a las realidades de las provincias. “El partido no ha logrado destetarse del todo de ese fenómeno de haberse iniciado en la Capital Federal y ser muy verticalista”, afirmó.
Esta crisis se manifiesta a través de tensiones internas y disputas de poder. La intervención de Mauricio Macri en la provincia de Córdoba y otros distritos responde a una estrategia de control que busca asegurar la cohesión del partido desde Buenos Aires. Pero, ¿a qué costo? Las decisiones centralizadas pueden alienar a las bases locales y restar legitimidad a las autoridades partidarias, provocando una desconexión entre los dirigentes y los afiliados.
Perspectivas sobre la alianza con La Libertad Avanza
La propuesta de aliarse con Javier Milei y su agrupación ha sido objeto de controversia. Carreño manifiesta que esta estrategia podría llevar al PRO a convertirse en un “furgón de cola” de un movimiento que, aunque tiene un atractivo populista, carece de la profundidad y la estructura que un partido político consolidado debería tener. “Si el PRO es furgón de cola de Milei, vamos a perder dirigentes”, advierte el diputado, señalando una tendencia preocupante en la política argentina actual.
La opción de establecer alianzas debe ser evaluada con cautela. En un panorama político fragmentado, donde la polarización es cada vez más evidente, los acuerdos deben priorizar la coherencia ideológica y la proyección a largo plazo. Carreño hace hincapié en la urgencia de “retomar el camino de un partido grande, un partido con peso federal”, sugiriendo que es fundamental recuperar la esencia que dio origen al PRO: la incorporación de diversas voces en el proceso político nacional.
Los desafíos en la construcción de un partido federal
Para avanzar en la construcción de un PRO inclusivo y representativo, se deben abordar varios desafíos. En primer lugar, es esencial escuchar las demandas de las distintas provincias, que a menudo son ignoradas por las cúpulas centralizadas. La diversidad geográfica y cultural de Argentina exige un enfoque que contemple las particularidades de cada región.
- Participación local: Fomentar la participación de dirigentes locales en la toma de decisiones para asegurar que las políticas del partido reflejen las realidades de sus electores.
- Fortalecimiento de la estructura interna: Promover una organización más horizontal que permita una representación más equitativa de las diferentes provincias.
- Construcción de un discurso claro: Definir una narrativa que conecte con los votantes y que esté libre de contradicciones con respecto a posibles alianzas.
El futuro del PRO: Reflexiones finales
Las palabras de Oscar Agost Carreño sirven como una llamada de atención para un partido que busca redefinirse en un contexto político cambiante y desafiante. La crisis de identidad del PRO no es solo un problema interno, sino un reflejo de las tensiones que afectan al escenario político argentino en su conjunto. Las decisiones que se tomen en los próximos meses serán cruciales para determinar si el PRO será capaz de renacer como un actor político relevante o si, por el contrario, terminará sucumbiendo ante la polarización que caracteriza el actual panorama.
Con un mandato que se extiende hasta 2027, Carreño tiene la oportunidad de ser un agente de cambio en este proceso. Su visión de un PRO fortalecido y centrado en la diversidad podría marcar la diferencia en un momento en que los votantes buscan alternativas genuinas y representativas en la política nacional.
