Patricia Bullrich cruzó a Axel Kicillof por echar a 24 policías bonaerenses vinculados a un candidato libertario: “Pura persecución política”
Por María Gómez · 24 Jul 2025 – 11:05 AM -03 Ver perfil
Crédito: Picture Alliance – Imagen exclusiva | © 2025 InfoNow Noticias
¿Persecución política o justificada depuración de la fuerza policial?
En medio de un clima político tenso, la controversia entre Patricia Bullrich y Axel Kicillof se intensificó tras la decisión del gobernador bonaerense de cesantear a 24 oficiales de la Policía de la Provincia. Esta decisión, que ha sido calificada como una “persecución política” por Bullrich, pone de relieve las tensiones existentes en el ámbito de la seguridad y la política en Buenos Aires. La medida, según Kicillof, busca depurar la fuerza policial de vínculos oscuros, mientras que la oposición la interpreta como un ataque a la autonomía de aquellos que se alinean con la opción libertaria.
Los hechos que desataron la controversia
La decisión de Kicillof, que afecta a 24 oficiales superiores de la Policía Bonaerense, se basa en sospechas de que estos individuos estaban involucrados en una “acción conspirativa”. Este término ha sido utilizado para describir el supuesto apoyo que brindaban a Maximiliano Bondarenko, un ex comisario que encabeza la lista de la alianza de La Libertad Avanza para las próximas elecciones legislativas del 7 de septiembre. Kicillof expone que esta acción es parte de un esfuerzo por limpiar la fuerza de aquellos que se involucran en actividades políticas que comprometen la confianza pública.
- 24 oficiales cesanteados.
- Fecha de las elecciones: 7 de septiembre.
- Maximiliano Bondarenko como figura central de la controversia.
La respuesta de Bullrich y el análisis político
Desde su plataforma en X, Bullrich no se contuvo y criticó duramente la decisión del gobernador. En sus palabras, “el inútil de Kicillof cesantea a 24 policías solo porque cree que apoyan a Maximiliano Bondarenko. ¿La causa? Ninguna. Pura persecución política”. Estas declaraciones no solo reflejan su indignación, sino que también resaltan el clima de polarización que se vive en el país, donde las decisiones gubernamentales son frecuentemente interpretadas desde una óptica política estrecha.
Foto: Polaris | © 2025 InfoNow Noticias
El uso de la acusación de “persecución política” es un recurso retórico común en el ámbito político argentino. Bullrich, al atribuir a Kicillof una inclinación “siempre a favor de los delincuentes”, busca conectar emocionalmente con la ciudadanía que se siente desprotegida ante la delincuencia. Es un enfoque que apela a los temores de la población y podría tener repercusiones en la percepción pública de Kicillof y su gestión.
La seguridad en la Provincia: un tema en el centro del debate
La gestión de la seguridad en Buenos Aires es un tema de alta sensibilidad. La provincia ha sido históricamente azotada por altos índices de criminalidad, lo que ha llevado a múltiples gobiernos a implementar diversas estrategias que, en ocasiones, generan controversia. La decisión de cesantear a estos oficiales, en el contexto electoral actual, podría ser vista como un intento de Kicillof de distanciarse de actitudes pasadas que, según el discurso oficial, comprometen la integridad de la fuerza.
Sin embargo, la reacción de la oposición y de figuras como Bullrich demuestra que cualquier acción en este sentido es susceptible de ser interpretada de forma negativa. La noción de que policías que “ponen el cuerpo todos los días” son despojados de sus funciones por razones políticas puede generar un sentimiento de injusticia en la ciudadanía, algo que Kicillof deberá considerar en su estrategia comunicacional.
Foto: Polaris | © 2025 InfoNow Noticias
Impacto en el futuro político
Las repercusiones de este enfrentamiento no se limitarán al clima actual, sino que podrían tener implicaciones más amplias en el futuro político de ambos protagonistas. Para Bullrich, quien ya tiene una trayectoria política marcada por la seguridad, esta disputa podría traducirse en capital político si logra convencer a la ciudadanía de que Kicillof actúa en desmedro de su seguridad. Por otro lado, Kicillof necesita justificar su decisión ante un electorado que podría ver la depuración de la policía como un acto de valentía o, en contraposición, como un uso irresponsable del poder.
En este contexto, el desarrollo de la situación será crucial no solo para la política de seguridad en Buenos Aires, sino también para la configuración de los futuros escenarios electorales en el país. La percepción pública sobre la gestión de la seguridad, así como la capacidad de los líderes políticos para manejar situaciones complejas, estarán en el centro del debate en los próximos meses.