Por qué Elvis Presley era enemigo del “una más y no jodemos más”

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Por Ana Martínez · 24 Jun 2025 – 12:27 PM -03 Ver perfil

La firmeza de un ícono: Elvis Presley y su rechazo al bis en el escenario En la cultura musical, donde la entrega al púb... Descubre más sobre fanáticos, enc...

Crédito: Polaris – Imagen exclusiva | © 2025 InfoNow Noticias

La firmeza de un ícono: Elvis Presley y su rechazo al bis en el escenario

En la cultura musical, donde la entrega al público suele ser el sello distintivo de las grandes estrellas, el fenómeno de Elvis Presley desafía las convenciones. A diferencia de otros artistas que han encontrado en el “bis” una forma de conectar con su audiencia, el Rey del Rock and Roll se mantuvo firme en su decisión de no ofrecerlo. Esta postura impactó no solo a sus fanáticos, sino que también configuró su leyenda e imagen como ícono de la música en un contexto donde la cercanía con el público es valorada casi como un deber.

Una relación complicada con el público

La trayectoria de Elvis está marcada por momentos memorables, pero su aversión a ofrecer bises destaca como un rasgo singular. Durante su carrera, el artista realizó más de 1.145 shows, pero en ninguno de ellos se permitió la flexibilidad de un regreso al escenario. Esta decisión, en muchos sentidos, era un reflejo de su visión artística, una forma de mantener una distancia que alimentaba su estatus de superestrella.

En contraste, contemporáneos como The Cure o Sandro encontraron en los bises una forma de seducir a su público. A menudo, se les veía extender sus conciertos más allá de lo pactado, creando un vínculo especial con sus seguidores. Sin embargo, el enfoque de Elvis se basaba en un enfoque más clásico y austero, quizás influenciado por su propia experiencia y las presiones del estrellato.

Elvis Presley lo dejaba todo en el escenario. Pero terminaba de cantar lo previsto y se iba para la casa. Foto: AP

Imagen: EPA | Archivo | © 2025 InfoNow Noticias

El arte de la expectativa

Aquella decisión de no caer en el juego de los bises no solo reforzaba su imagen de artista elitista, sino que también creaba una atmósfera de expectativa. No ofrecer más de lo que se había pactado se convertía en una estrategia para dejar a su público deseando más, un truco mental esencial en el mundo del entretenimiento. Su presentación se volvía un evento que no podía repetirse, y esa escasez aumentaba el deseo de su audiencia por verlo una y otra vez.

La cultura de la inmediatez y el acceso a la información que vivimos hoy en día contrasta radicalmente con la época de Elvis, donde la exclusividad era un bien preciado. Para sus fanáticos de los años 50 y 60, asistir a un concierto de Elvis era un privilegio, en el que cada actuación se sentía como un regalo único. Esa es una lección que muchos artistas actuales parecen olvidar, al caer en la trampa de la sobreexposición.

Un reflejo de su personalidad

La postura de Elvis hacia los bises también puede interpretarse como un reflejo de su personalidad. Desde sus comienzos, estuvo marcado por la dualidad de ser aclamado y, al mismo tiempo, atrapado en las expectativas de los demás. Su rechazo al “una más” podía verse como un acto de rebeldía, una forma de afirmar su independencia artística en un mundo que exigía más y más.

En este sentido, su historia se convierte en un espejo de la lucha constante entre el artista y su público. Si bien la conexión emocional es fundamental en la música, la necesidad de Elvis de mantenerse en un pedestal distante le permitió cultivar un aura de misterio y grandeza que pocos han logrado replicar. Esta dualidad ha sido objeto de numerosos análisis y sigue siendo un tema de debate entre críticos y fans.

Efemérides 8 de enero: nace Elvis Presley.

© Associated Press – 2025 | © 2025 InfoNow Noticias

Una decisión con consecuencias

La negativa de Elvis Presley a conceder bises generó reacciones mixtas entre sus seguidores y críticos. Algunos aplaudieron su decisión, considerándola un signo de autenticidad, mientras que otros la vieron como una falta de conexión emocional con su audiencia. A medida que avanzaba la década de los 70, su enfoque se mantuvo inmutable, desmarcándose de la moda que imperaba entre sus contemporáneos.

Sin embargo, esta elección no vino sin sus consecuencias. Mientras que otros artistas capitalizaban la energía de sus públicos al ofrecer un bis tras otro, Elvis se presentó como una figura casi inalcanzable. En un momento en que la cercanía y la interacción se volvían cada vez más valoradas, él se mantuvo en su trono, lejos del bullicio de las peticiones repetidas.

Así, su legado se cimentó no solo en su música, sino también en su capacidad para desafiar las normas establecidas. Esa combinación de talento y posición lo ha consagrado como uno de los íconos más perdurables de la historia del rock.

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