Qué significa si cedes o no espacio en transporte público, según la psicología

Por Juan Pérez · 12 Aug 2025 – 02:35 AM -03 Ver perfil
Foto: ITAR-TASS | © 2025 InfoNow Noticias
La psicología detrás de ceder el asiento en el transporte público
En las abarrotadas horas pico de nuestras ciudades, un gesto tan simple como ceder el asiento en el transporte público puede estar cargado de significado. Este acto, que parece trivial, se convierte en una ventana hacia la psicología humana. A través del trabajo del psicólogo Robert Goldman, se exploran las distintas maneras en que las personas responden ante esta situación y cómo estas respuestas reflejan aspectos profundos de su personalidad y valores.
El “apretador”: empatía en acción
El “apretador” se caracteriza por su disposición a hacer espacio para los demás. Esta figura se manifiesta, por ejemplo, cuando alguien se siente incómodo al ver a otra persona de pie en un transporte abarrotado y, de inmediato, desplaza sus pertenencias para ofrecer su asiento. Este gesto, según Goldman, no es solo un acto de cortesía, sino una manifestación de empatía hacia la incomodidad ajena.
La empatía, definida como la capacidad de entender y compartir los sentimientos de otra persona, es un potente predictor de la prosocialidad. Esto significa que los “apretadores” suelen ser personas que, por un instinto subconsciente, buscan aliviar el sufrimiento de los demás. Este comportamiento puede manifestarse en diversas situaciones, desde la vida cotidiana hasta acciones más complejas en el ámbito comunitario.
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El “acaparador”: la defensa del espacio personal
Por otro lado, encontramos al “acaparador”, quien se aferra a su asiento como si de un tesoro se tratara. Este tipo de persona puede ver la solicitud de un desconocido como una invasión a su espacio personal. En lugar de ceder, puede optar por ignorar la situación o poner una barrera —tanto física como emocional— entre ellos y los demás. Este tipo de comportamiento puede ser visto como un mecanismo de defensa que refleja inseguridades o un deseo de mantener el control sobre su entorno.
Los “acaparadores” pueden mostrar características que, según Goldman, podrían estar asociadas a rasgos más amplios de su personalidad. Esto incluye una mayor tendencia a la introversión o un enfoque individualista en la vida. Al observar estas dinámicas, se pueden identificar patrones en cómo se relacionan con su comunidad y su disposición a participar en actos colectivos de ayuda o solidaridad.
El contexto cultural y social
El comportamiento en el transporte público también está influenciado por el contexto cultural y social en el que nos encontramos. En países como Argentina, donde el transporte público es una parte integral de la vida diaria, las interacciones pueden ser un reflejo de la cultura de la solidaridad que caracteriza a la sociedad argentina. Sin embargo, también existen momentos de tensión, especialmente en los feriados o durante eventos masivos, donde la presión puede desbordar la empatía y dar paso a actitudes más defensivas.
La forma en que las personas ceden o no su asiento puede ser un termómetro que mide el estado emocional de la sociedad. En tiempos de crisis, por ejemplo, es común observar un aumento en el comportamiento prosocial, mientras que en períodos de estabilidad o abundancia, la gente puede ser más reacia a compartir su espacio.
Imagen: Associated Press | Archivo | © 2025 InfoNow Noticias
Reflexiones finales sobre la interacción humana
La elección de ceder o no un asiento en el transporte público va más allá de un simple gesto y se adentra en el terreno de la psicología social y la ética. Esta interacción cotidiana ofrece una visión profunda sobre cómo las personas perciben a los demás y cómo sus propias experiencias, valores y creencias influyen en su comportamiento. Así, cada encuentro en el transporte puede ser una oportunidad para reflexionar sobre nuestra propia empatía y nuestras interacciones en el microcosmos de la vida urbana.
En última instancia, tanto “apretadores” como “acaparadores” nos revelan algo sobre la naturaleza humana. Mientras algunos eligen abrir sus corazones y espacios, otros buscan proteger su esfera personal. Este delicado equilibrio entre dar y recibir es lo que enriquece nuestras relaciones y nos invita a cuestionar cómo nos conectamos con quienes nos rodean.