Quién era la familia que murió aplastada contra un guardarrail en un Fiat 147 en una ruta de Córdoba

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Por Ana Martínez · 04 Aug 2025 – 11:56 AM -03 Ver perfil

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Crédito: Lehtikuva – Imagen exclusiva | © 2025 InfoNow Noticias

Una tragedia en las rutas cordobesas: el luto de una familia humilde

La madrugada del domingo se tornó sombría para los habitantes de Arroyito, un pequeño municipio a 115 kilómetros al este de la ciudad de Córdoba. Un accidente vial desastroso en la ruta nacional 19 cobró la vida de un padre y sus tres hijos, dejando una comunidad en estado de shock. Este doloroso suceso no solo afecta a la familia Oliva-Cepeda, sino que también plantea interrogantes sobre la seguridad en las carreteras argentinas.

El fatídico viaje de una familia

En un trágico giro del destino, Ricardo Oliva, de 33 años, conducía su Fiat 147 con su esposa Anabela Cepeda (29) y sus tres pequeños: Thiago Benjamín (12), Miqueas Eliel (11) y Liz Angelina (8). A ellos se les unieron dos sobrinas de 17 y 15 años. Todos volvían de una celebración familiar cuando, a las 5 de la mañana, su vehículo fue embestido por un Volkswagen Bora conducido por un joven de 19 años, Franco Alejandro Sosa.

El impacto fue devastador: el Fiat terminó aplastado contra un guardarrail, y, trágicamente, el padre y sus tres hijos perdieron la vida en el acto, mientras que otras tres personas lograron sobrevivir con heridas que no comprometen sus vidas. Esta tragedia ha dejado a la comunidad de Arroyito en un luto profundo, reflejando la fragilidad de la vida.

El posteo de la escuela a la que asistían los tres chicos que murieron en un choque en la ruta nacional 19, en Córdoba.

© Alamy – 2025 | © 2025 InfoNow Noticias

Responsabilidades y consecuencias

El conductor del Bora fue detenido y enfrenta graves acusaciones de homicidio culposo agravado y lesiones culposas agravadas. La investigación ha revelado que el joven tenía antecedentes de infracciones, habiendo sido multado por alcoholemia positiva el pasado 15 de junio. En ese momento, su nivel de alcohol en sangre fue de 0,49, superando el límite legal permitido. Esta falta de responsabilidad plantea serias preguntas sobre la seguridad vial en la región.

  • 0,49 – nivel de alcohol en sangre del conductor al momento de la detención.
  • 17 – kilómetros de distancia desde donde fue multado hasta el lugar del accidente.
  • 3 – las vidas perdidas de los hijos de Ricardo.

El intendente Gustavo Benedetti ha calificado esta tragedia como un acto de negligencia imperdonable, y ha manifestado su apoyo a la familia afectada, destacando su humildad y la devastación que siente la comunidad. Sin duda, la irresponsabilidad al volante ha cobrado un alto precio.

Impacto en la comunidad de Arroyito

El dolor que siente Arroyito no se limita a la pérdida de una familia. Este accidente ha desatado una ola de reflexión sobre la seguridad vial y las medidas necesarias para prevenir tragedias similares en el futuro. La comunidad local ha comenzado a demandar un aumento de la vigilancia en las carreteras y un endurecimiento de las leyes relacionadas con la conducción bajo efectos del alcohol.

Las familias de la zona han expresado su preocupación por la seguridad de las rutas que utilizan a diario, conscientes de que cada viaje puede ser el último. “No queremos que esto vuelva a ocurrir,” afirmó una vecina, con lágrimas en los ojos. El sentido de solidaridad ha emergido, y las muestras de apoyo hacia la familia Oliva-Cepeda son palpables en cada rincón del pueblo.

El posteo del sacerdote Sergio Fernández Nieri tras la muerte de tres nenes y su papá en un choque en la ruta nacional 19, en Córdoba.

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Reflexiones sobre la tragedia

Este trágico suceso resuena más allá de Arroyito; pone de manifiesto un problema que afecta a toda la sociedad. La combinación de imprudencia y alcohol al volante debe ser abordada con urgencia. La vida de una familia no debería ser un precio a pagar por la inacción frente a la irresponsabilidad en las carreteras.

La tragedia de Ricardo y sus hijos nos recuerda la fragilidad de la vida y la importancia de valorar cada momento. En momentos de dolor, la comunidad se une para honrar la memoria de aquellos que han partido, pero también para exigir un cambio que lleve a un futuro donde tales tragedias sean solo un eco del pasado.

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