Todos unidos para defender la Conabip
Un legado cultural en peligro: el futuro de la Conabip
La historia de la Comisión Nacional de Bibliotecas Populares es un testimonio del compromiso de Argentina con la cultura y la democratización del acceso al conocimiento. Sin embargo, el reciente decreto 345/2025, que propone un cambio drástico en su estructura, plantea serias interrogantes sobre el futuro de esta institución que ha servido como pilar para la educación y la cultura popular desde su fundación en septiembre de 1870 por el presidente Domingo F. Sarmiento. La decisión de que la Conabip dependa de la Secretaría de Cultura no solo reduce su autonomía, sino que amenaza con limitar su capacidad para cumplir su misión esencial.
Una historia de compromiso cultural
La Conabip, creada para fomentar la creación y el desarrollo de bibliotecas populares en todo el país, ha sido un faro de esperanza en comunidades que a menudo carecen de acceso a recursos culturales. A lo largo de sus 155 años de existencia, esta institución ha logrado convertirse en un espacio de inclusión y diversidad, donde las palabras y las ideas pueden florecer.
Sin embargo, como mencionan destacados exministros y exsecretarios de Cultura en una carta enviada a Oscar Zago, presidente de la Comisión Bicameral Permanente de Trámite Legislativo, el decreto que propone su reestructuración es considerado un “daño irreparable”. Estas voces, que abarcan desde Carlos Menem hasta Alberto Fernández, han expresado su rechazo a esta medida, subrayando la importancia de mantener la Conabip como un organismo independiente que pueda responder a las necesidades específicas de cada comunidad.
El hashtag “Sarmiento las creó, (Raúl) Escandar las cerró” ha resonado en las redes sociales, uniendo a voces críticas y apasionadas en torno a una causa que trasciende la política. Esta frase no solo es un juego de palabras, sino que también refleja la profunda conexión que existe entre las políticas culturales y el bienestar social de nuestra nación.
El riesgo de la centralización
La decisión de centralizar la Conabip podría tener consecuencias desastrosas para las bibliotecas populares, que han sido esenciales en la promoción de la lectura y el acceso a la información en áreas vulnerables. La dependencia de la Secretaría de Cultura puede limitar la capacidad de la Conabip para responder ágilmente a las necesidades locales, ya que las decisiones se tomarán desde un lugar más distante, probablemente desconectado de las realidades que enfrentan estas comunidades.
Esta centralización también puede llevar a una uniformización de criterios que ignora la diversidad cultural del país. El acceso a la literatura, la historia y la cultura de cada región debe ser atendido con un enfoque que respete las particularidades de cada comunidad. Por tanto, la Conabip debería seguir siendo un organismo que promueva la pluralidad y el acceso equitativo a la cultura.
En este contexto, es esencial que la sociedad civil, los bibliotecarios, y todos aquellos que valoran el papel de la lectura y la cultura se movilicen. La defensa de la Conabip es más que una cuestión administrativa; es una lucha por garantizar que todos los argentinos sigan teniendo acceso a las herramientas que les permiten soñar, aprender y crecer. Es un compromiso con la democratización del conocimiento, y la cultura es el medio.
