Trascendencia mundial y desafíos nacionales
Por María Gómez · 09 Aug 2025 – 06:06 AM -03 Ver perfil
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Innovación agrícola y la necesidad de un marco regulatorio efectivo
Durante el XXXIII Congreso Aapresid, celebrado en Buenos Aires, se discutieron los logros de la Siembra Directa en Argentina, un fenómeno que ha llamado la atención del mundo agrícola. Este evento, organizado por Exponenciar, reunió a actores clave que reflexionaron sobre el impacto de esta tecnología tanto a nivel global como local, afectando a productores, investigadores y la política agrícola nacional.
Un modelo admirado a nivel internacional
La Siembra Directa se ha consolidado como un modelo de éxito en el ámbito agrícola, siendo un referente para numerosas naciones que buscan implementar prácticas sostenibles. Argentina, con su vasta extensión de tierras cultivables y condiciones climáticas favorables, ha sido pionera en esta técnica. Durante el congreso, fue evidente cómo este enfoque ha permitido mejorar la eficiencia en el uso del agua y reducir la erosión del suelo.
Los beneficios de esta práctica son múltiples, tales como:
- 30% menos uso de agua en comparación con métodos tradicionales.
- 50% menos erosión del suelo, contribuyendo a la salud del ecosistema.
- 20% incremento en la productividad de ciertos cultivos.
Sin embargo, a pesar de estos logros, el país enfrenta desafíos importantes a nivel interno, lo que plantea interrogantes sobre su capacidad para mantener y expandir estos avances. La Aapresid enfatiza la necesidad de aprovechar este reconocimiento internacional como un trampolín para impulsar reformas en políticas agrícolas que beneficien a los productores locales.
Obstáculos internos y la urgencia de un cambio
Uno de los puntos más destacados por el presidente de Aapresid, Marcelo Torres, fue el concepto de Código Abierto, que simboliza no solo los logros alcanzados, sino también las barreras que aún persisten. En un país donde la política agrícola ha sido históricamente volátil, la falta de un acuerdo de política de estado dificulta el avance de iniciativas cruciales.
Los productores enfrentan retos significativos, entre ellos:
- Las retenciones que limitan su rentabilidad.
- La falta de acceso a créditos que faciliten la inversión en tecnología.
- Deficiencias en la infraestructura que impactan la logística del sector.
Estos factores no solo afectan a los agricultores, sino que repercuten en la economía nacional, limitando la competitividad de Argentina frente a sus pares en la región.
La voz política y el compromiso institucional
El evento contó con la presencia del secretario de Agricultura de la Nación, Sergio Iraeta, quien resaltó la importancia de la colaboración entre el sector público y privado. Su mensaje fue claro: es esencial un compromiso político sólido para facilitar el desarrollo de políticas que impulsen la innovación agrícola.
Además, Iraeta mencionó algunas iniciativas que se están llevando a cabo, como:
- El desarrollo de biocombustibles a partir de cultivos locales.
- Reconocimiento a los obtendores de semillas para garantizar la investigación y el desarrollo.
La colaboración y el entendimiento entre productores y funcionarios son vitales para transformar el potencial agrícola argentino en una realidad sostenible y competitiva. Sin embargo, el tiempo corre y la urgencia de estas acciones se hace cada vez más evidente.
Implicancias futuras para la agricultura argentina
La situación actual de la agricultura en Argentina es un reflejo de sus logros, pero también de sus falencias. La proyección internacional que se ha logrado con la Siembra Directa debe ser vista como un llamado a la acción, para que todos los actores involucrados comprendan la importancia de adoptar una visión unificada y proactiva. El desafío no reside únicamente en ser reconocidos a nivel global, sino en traducir ese reconocimiento en beneficios tangibles para los productores locales.
En este sentido, las palabras de Marcelo Torres resuenan con fuerza: “La única forma de avanzar es a través de un compromiso colectivo, que nos permita superar las barreras que nos limitan y nos acerque a un futuro productivo y sostenible.” Si Argentina quiere seguir siendo un modelo a seguir, es imperativo que sus políticas agrícolas evolucionen a la par de sus innovaciones tecnológicas.